CUSCO. Pese a las observaciones y las recientes demandas presentadas en contra de su construcción, todo parece encaminado para que el Aeropuerto Internacional de Chinchero inicie obras. Esto luego que el gobernador del Cusco, Jean Paul Benavente, diera una especie de ultimátum al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) para que inicien las obras en marzo de este año.
Según Benavente, antes del 26 de febrero se debería concesionar el movimiento de tierras y la supervisión. El gobernador espera que no existan mayores retrasos a fin de no llegar a protestas y reiteró su apoyo al aeropuerto, pues considera que su construcción será uno de los pilares de la reactivación económica.
El proyecto que fue planteado por primera vez hace 40 años, abarca 446 hectáreas e iniciaría las obras más importantes en junio de este año. Sin embargo, recientemente se presentaron dos demandas que podrían paralizar su construcción.
Las dos acciones legales fueron presentadas a inicios de enero por la Asociación “Unión Ciudadana por la Defensa y la Valoración del Patrimonio Cultural y del Ambiente” en defensa del agua y medio ambiente, así como para proteger el patrimonio cultural.
El MTC, Pro Inversión, el Ministerio de Cultura (Mincul) y Korea Airports Corporation (KAC), una de la empresa surcoreana que forma parte del consorcio que gestiona el aeropuerto, fueron las demandadas.
En el caso de la demanda en defensa del agua, esta fue presentada en ante el Juzgado Civil de Urubamba, que formar parte de la Corte Superior del Cusco y señala que la construcción del aeropuerto afectaría las fuentes de agua en su área de influencia, “incluyendo la Laguna de Piuray, que abastece de agua potable a la urbe de Cusco y a los pobladores de (los distritos de) Chinchero y Huayllabamba”.
La otra demanda fue presentada ante el Segundo Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia del Cusco y en esta se ordena “la paralización de la construcción del aeropuerto de Chinchero antes de que se vuelva irreparable el daño que ocasionarán al patrimonio cultural existente en el lugar”.
Actualidad Ambiental conversó con Mark Zeisser, presidente de la asociación que presentó las demandas, para conocer detalles sobre el curso de estas en medio de lo que parece el inminente inicio de obras del nuevo aeropuerto cusqueño.
Según contó Zeisser, la demanda referida a la defensa del agua fue declarada incompetente, es decir, que el juzgado no quiere recibir el caso y su intención es transferirla al juzgado donde fue presentada la otra demanda por patrimonio cultural. Ante esta situación, la asociación ha apelado la decisión, pues considera que “no se pueden negar a, al menos, revisar el caso”.
Respecto a la otra demanda referida a patrimonio cultural, esta fue declarada inadmisible por un tema de “forma”, debido a que no se incluyeron los nombres de los ministros ni funcionarios, procedimiento que no fue incluido debido a que estos pueden dejar sus cargos, precisa el presidente de la asociación demandante.
“Nosotros esperamos la admisibilidad de la demanda para pedir una medida cautelar. Que el juez declare que no se toque nada hasta que el juicio se realice. Ahora que acepten eso es otro cantar. La lógica sería que acepten la medida cautelar, pero son juegos políticos, incluso, que no tienen que ver con la lógica de la justicia”, comenta Mark Zeisser.
Uno de los principales problemas referidos al tema patrimonial es la falta de un Estudio de Impacto Patrimonial (EIP) que la propia UNESCO solicitó al Estado peruano a fin de descartar que la construcción del aeropuerto ocasiones daños el Santuario Histórico de Machu Picchu, el Qhapaq Ñan y la ciudad de Cusco.
Cabe señalar que en enero de 2020, el diario El Comercio accedió a dos EIP elaborados por el MTC en los que se indicaba que la construcción del aeropuerto de Chinchero afectaría un 65% en el patrimonio mundial cusqueño. Fueron 29 impactos negativos de un total de 60 los identificados.
Sin embargo, tras una evaluación del MIncul, estos documentos fueron desestimados. Es más, esta cartera también precisó que el EIP solicitado por la UNESCO no sería vinculante con la decisión de iniciar obras. Hasta la fecha no se conoce sobre el avance de este documento, pese a la proximidad de la fecha en la que se iniciarían las obras.
Contar con una sola ruta de despegue y aterrizaje debido a su proximidad al nevado de Pumahuanca y la cordillera del Chicón obliga un desvío a Urubamba y el Parque Arqueológico de Ollantaytambo, además de disminuir su operatividad; el tema del ruido de los aviones; los vientos de tipo vertical; la consulta al Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), son otros de los cuestionamientos sobre la construcción del aeropuerto.
Texto de Luis Chacón
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