Buscan integrar construcciones de comunidades nativas con arquitectura actual

¿Cómo articular la construcción tradicional de las comunidades nativas con la arquitectura actual? ¿Cómo rescatar y poner en valor las técnicas de construcción de las diferentes etnias de la Selva Central del Perú? Estas eran las interrogantes que constantemente se hacía Estefany Veli Gonzales, natural de la provincia de Satipo (Junín), tras haber concluido sus estudios de Arquitectura, carrera que estudió becada por el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación. 

Es así que, tras concluir sus estudios universitarios en agosto de este año, Estefany desarrolló el proyecto “Simbiosis, arquitectura desde mi comunidad, encarando los conflictos”. Se trata de una investigación sobre el uso de los tejidos de fibras vegetales y de estructuras recíprocas de las comunidades de la Selva Central: ashaninkas, nomatsiguengas y kakintes, en la arquitectura contemporánea. 

“El problema es la falta de información. Se suele minimizar las prácticas culturales indígenas poniendo en riesgo la pérdida de conocimientos y materiales ancestrales que son valiosos. Mi trabajo es una investigación sobre los tejidos de fibras vegetales y el uso de elementos estructurales tradicionales de las comunidades ashaninkas, nomatsiguengas y kakintes de la Selva Central para lograr una simbiosis entre lo tradicional y lo contemporáneo”, indica la joven de 23 años de edad.  

Estas comunidades, que forman parte del proyecto de Estefany, se ubican en Satipo, San Martín de Pangoa y Mazamari, distritos que pertenecen a la provincia de Satipo, región Junín. En su investigación, la talento está realizando un inventario de los diferentes productos que utilizan dichas comunidades en la construcción. Conforme avance su proyecto, la futura arquitecta irá incorporando a otros distritos y áreas de la Selva Central. 

Diferentes tejidos vegetales pueden utilizarse para división de interiores, ventanas corredizas, cortinas, cielo raso, entre otros. “Creo que debe revalorarse los conocimientos indígenas, porque puede ser un bien común para toda la sociedad. Con estas técnicas podemos desarrollar una arquitectura sostenible, que sea amigable con el medioambiente. Cada comunidad tiene técnicas ancestrales de construcción. Mi estudio intenta sistematizarlas y mostrar todas sus aplicaciones”, destaca. 

El público objetivo del trabajo de investigación de Estefany son arquitectos, diseñadores de interiores y público interesado en encontrar para sus hogares alternativas ecológicas y biodegradables. 

La importancia de trascender 

Estefany creció en Oventeni (Ucayali), lugar donde sus padres vendían productos agrícolas. Allí conoció a los ashaninkas de la zona, que llegaban al mercado a realizar sus compras. “Conocí su realidad. Las pocas oportunidades que tienen para estudiar. Y reflexioné: ‘Cómo puede ser que yo, teniendo la oportunidad de estudiar, no la aproveche’. Empecé a mejorar en el colegio y así hasta llegar a los primeros puestos”, recuerda la joven. Dicho mérito le permitió ganar Beca18 para estudiar Arquitectura en la Universidad Continental de Junín. 

Luego descubrió el segundo aspecto que también la marcó: la literatura. Empezó a leer libros de autores como César Vallejo, Mario Vargas Llosa y Marco Aurelio Denegri. “Realmente me metí a este mundo. Y me dije a mí misma que yo también quería ser un personaje ilustre, una persona destacada, para servir a mi país, alguien que trascienda”, dice la arquitecta de esta generación de jóvenes que son protagonistas del cambio, que con su pasión por aprender podrá lograrlo porque ama al Perú profundo.