La agrobiodiversidad tiene el objetivo de conservar los suelos, mientras que los sistemas de siembra, así como el cultivo en asociación de especies (policultivos) y la mezcla de variedades buscan conservar los nutrientes del suelo y generar los menores impactos posibles, sostuvo el director general de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente (Minam), José Álvarez
Según el especialista, cada cultivo y cada variedad tiene un distinto requerimiento de nutrientes del suelo, de modo que no se impacta a la parcela en su integridad.
“El suelo tiene un papel fundamental en el buen funcionamiento de los ecosistemas, y además contribuye a la regulación del flujo del agua y el clima, la biodiversidad y la captación de carbono”, afirmó.
Minam en acción
El Minam, a través de su Proyecto GEF-Agrobiodiversidad, realiza acciones de forestación con especies nativas en Arequipa, Cusco y Huancavelica, así como acciones de siembra y cosecha de agua y gestión de humedales en Puno y Apurímac.
Y con un enfoque intercultural, promueve la revaloración de las buenas prácticas agrícolas, que provienen en gran medida de los conocimientos tradicionales, en concordancia con la conservación y el uso sostenible de los suelos.
En el marco de las actividades de restauración de la agrobiodiversidad y de las áreas degradadas, se contempla también el fortalecimiento de las prácticas de conservación de los suelos a través de las instituciones educativas y las escuelas de campo, en las cuales se revalora los saberes locales y constituye una instancia de aprendizaje para las nuevas generaciones.
El suelo de los Andes
Los suelos en los cuales los campesinos de los Andes conservan la agrobiodiversidad requieren ser regenerados en cada ciclo agrícola anual, tanto en su fertilidad como en su textura y estructura.
Las características de los suelos en esta zona del país son diversas y varían de región a región, de ecosistema a ecosistema, así como de comunidad a comunidad. La diversidad biológica que existe en la región andina está relacionada estrechamente a la diversidad de los ecosistemas, los cuales presentan también una diversidad de tipos de suelos.
En estos suelos, las comunidades campesinas continúan adaptando y regenerando una gran diversidad y variedad de cultivos a partir de prácticas agrícolas y pecuarias que permiten el equilibrio entre la suficiencia alimentaria y la conservación de los suelos, tanto a nivel de su fertilidad como de su integridad estructural y física. Por ello, la agrobiodiversidad también constituye una respuesta a la diversidad de suelos.
Entre las prácticas más conocidas en torno a los suelos y la agrobiodiversidad tenemos la rotación de los terrenos de cultivo, la rotación de cultivos, la asociación de cultivos, la mezcla de variedades o cultivares de un mismo cultivo, el descanso de terrenos, la fertilización de suelos a partir de los insumos de sus crianzas y también con materia orgánica vegetal, la formación lenta de terrazas y andenerías, entre muchas otras prácticas que forman parte del acervo de conocimientos en la gestión tradicional de los suelos.
El dato:
– El “Día Mundial del Suelo” se conmemora el 5 de diciembre de cada año. Fue establecido en 2013 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, a fin de dar a conocer la importancia de la calidad de los suelos para la seguridad alimentaria, el buen estado de los ecosistemas y el bienestar de la humanidad.- “Mantengamos vivo el suelo, protejamos la biodiversidad del suelo” es el lema elegido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para la conmemoración de este año.