Actualmente, el avance vertiginoso de la tecnología hace que cambiemos con mayor frecuencia los aparatos eléctricos y electrónicos, como celulares, radios, televisores y microondas, entre otros. Pero muchas veces no somos conscientes de los enormes impactos que estos aparatos pueden ocasionar en el ambiente y la salud si son desechados sin tomar las precauciones del caso.
De hecho, los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) que llegan al final de su vida útil y son descartados por el usuario, contienen sustancias químicas peligrosas, como los conocidos, plomo, mercurio, arsénico, entre otros metales pesados y los contaminantes orgánicos persistentes (COP), entre ellos, las sustancias bromadas, las dioxinas y furanos.
Los COP pueden liberarse al ambiente con el riesgo de provocar mayor contaminación y daños a la salud pública por las siguientes razones:
Son persistentes: pueden encontrarse en el ambiente por varios días, meses o años sin degradarse. Y es que estos elementos tienen la capacidad de transportarse a grandes distancias; además, sus ciclos para convertirse en gas y sus lugares de depósito se repiten varias veces.-
Son muy tóxicos: cuando estos elementos ingresan al organismo de los humanos causan efectos adversos para la salud. Por ejemplo, los retardantes de fuego que se encuentran en las carcasas de los televisores, computadoras o celulares pueden causar alteraciones en las hormonas tiroideas y cambios hormonales en hombres y mujeres, otros COP son carcinogénicos. –
Se acumulan en el organismo: conforme pasa el tiempo, los COP se van acumulando en organismos vivos o animales que los consumen al encontrarlos a su paso, lo que deriva en concentraciones elevadas de contaminantes en los seres vivos (bioacumulables). Estos COP pueden transmitirse a otras generaciones a través de la leche materna o el cordón umbilical. –
Se incrementan en la escala animal: se van incrementando a medida que se asciende la escala animal. Por ejemplo, un pez puede contener concentraciones muy bajas de COP, pero una vez que éstos son consumidos por un delfín u otro pez más grande (que a su vez puede ser consumido por los humanos), los contaminantes se van elevando y causando mayores impactos en el equilibrio de la cadena alimenticia.
Además, debe tenerse en cuenta que, si bien los retardantes de fuego evitan la rápida combustión de los aparatos eléctricos en caso de presentarse algún siniestro, estos han sido prohibidos en algunos países porque su uso se asocia a retrasos en el embarazo o bajo peso al nacer.
¿Y ahora, qué hacemos?
Es necesario toma conciencia de que cada uno de nosotros puede hacer el cambio y evitar más daños al ambiente y la salud ocasionados por los contaminantes orgánicos persistentes que están en los RAEE.
¿Pero cómo?
Una forma sencilla es llevar los aparatos que se dejan de usar a cualquiera de los puntos de acopio que existen cerca de nuestros respectivos domicilios, donde hay operadores de RAEE que podrán darles una segunda vida útil o disponer de su adecuada disposición final.
También puedes encontrar todos los puntos de acopio donde puedes dejar tus RAEE, descargando en tu teléfono celular la aplicación web: “En casa yo reciclo”, desde Play Store.
El Dato:–
El Decreto Supremo N° 009-2019-MINAM establece el régimen especial para los RAEE, el cual contiene las obligaciones y responsabilidades para los actores involucrados en las diferentes etapas de gestión y manejo de los mismos segregación, almacenamiento, recolección, transporte, valorización y disposición final, se informó a INFOREGIÓN.