Hace 15 años, el 18 de octubre de 2005, el Instituto Geofísico del Perú (IGP) puso en operación la red de monitoreo geofísico permanente del volcán Misti. Desde aquella fecha se registran ininterrumpidamente datos geofísicos de la actividad del volcán que son transmitidos en tiempo real a la sede del Centro Vulcanológico Nacional (CENVUL) en Arequipa. Hoy, aún muchos arequipeños se preguntan: ¿por qué se debe vigilar al Misti?, ¿puede volver a erupcionar?
Con una edad de poco más de 120 000 años, el Misti es un volcán activo y joven con una larga vida eruptiva por delante. Según estudios vulcanológicos, el Misti generó en el pasado una serie de erupciones explosivas, algunas de ellas muy violentas. La última de ellas ocurrió hace más de 500 años (en la época del inca Pachacútec).
Debido a este antecedente, el IGP inició en 1997 una serie de estudios geofísicos con el fin de comprender su dinámica interna. Esto llevó a identificar en 1998, por primera vez, actividad microsísmica permanente en el interior del Misti. Como resultado de este descubrimiento, el IGP decidió hacer un seguimiento continuo del comportamiento dinámico del volcán con el objetivo de pronosticar oportunamente una futura erupción. Así, se inició en octubre de 2005 el monitoreo en tiempo real de la actividad del Misti para generar y suministrar información sobre su evolución al INDECI, gobierno regional, municipalidades y población.
¿Qué hemos aprendido? En virtud de estos 15 años de monitoreo, hoy conocemos que en el Misti se generan diariamente entre 40 a 60 sismos con magnitudes menores a M2.5, imperceptibles para la población arequipeña. Además, con las inspecciones de campo realizadas periódicamente por vulcanólogos del IGP, sabemos que a través de su cráter se expulsan fumarolas de gases volcánicos y vapor de agua que, en ocasiones, son visibles desde la ciudad de Arequipa.
Sin duda, el Misti es un volcán que puede volver a erupcionar en el futuro, lo que representaría un peligro para más de 1 millón de personas en la ciudad de Arequipa y, directamente, para las más de 340 000 personas que viven en los 5 distritos ubicados en las faldas del volcán (Alto Selva Alegre, Miraflores, Mariano Melgar, Paucarpata y Chiguata).
La buena noticia es que hoy el IGP conoce el patrón de comportamiento habitual del Misti, y gracias a los datos obtenidos por la red de sismómetros, equipos GPS y videocámaras instaladas en los alrededores del volcán, además de datos satelitales, está en la capacidad de advertir las primeras señales de una futura reactivación. Estos mismos equipos permiten identificar en periodos de lluvias el descenso de lahares (flujos de lodo volcánico) generados en las faldas del volcán que discurren con dirección hacia la ciudad de Arequipa. Así, seguimos haciendo «Ciencia para protegernos, Ciencia para avanzar».
Fuente: IGP