El dióxido de cloro (CIO2) es una solución química controvertida en el contexto del COVID-19 por su mal uso, ha sido estudiada por más de 12 años con resultados positivos por científicos del Cibtobia de la Universidad Nacional Agraria La Molina (Unalm), quienes la definen como un poderoso oxidante y desinfectante, eficaz para inactivar los patógenos bacterianos, virales y protozoarios. Ellos recomiendan su uso en la desinfección de alimentos.
Una preocupación latente ha sido conocer, a través de los medios de comunicación, el mal uso que hacen las personas de esta sustancia como alternativa para erradicar al COVID-19, sin medir las consecuencias negativas que afectan su salud. Por ello, los científicos del Centro de Investigación en Química, Toxicología y Biotecnología Ambiental (Ciqtobia) de la Facultad de Ciencias de la Unalm consideran importante explicar la composición del dióxido de cloro, solución que han investigado desde hace doce años con resultados positivos.
Los científicos de la Unalm informaron que el dióxido de cloro es un poderoso oxidante y desinfectante, eficaz para inactivar los patógenos bacterianos, virales y protozoarios; tiene una mayor capacidad de desinfección en comparación al cloro (lejía). Tiene una molécula neutra de geometría angular donde el átomo cloro tiene un número de oxidación de +4, por esta razón el dióxido de cloro puede aceptar a los electrones.
Además, detallan que ha utilizado tanto en los países de la Unión Europea como en los Estados Unidos como medio de control del sabor y el olor, oxidación del hierro y manganeso, desinfección de alimentos, potabilización de agua, esterilización médica e industrial.
Efectos en la Salud
El dióxido de cloro y el clorito (CDC) reaccionan rápidamente en el agua y los tejidos húmedos del cuerpo. Si usted respirara aire que contiene dióxido de cloro gaseoso, podría sufrir irritación de la nariz, la garganta y los pulmones. Si usted tragara grandes cantidades de dióxido de cloro o clorito, podría sufrir irritación de la boca, el esófago o el estómago. Sin embargo, si usted se expone a cantidades muy altas de dióxido de cloro o clorito, podría sufrir falta del aliento y otros problemas respiratorios debido al daño que causan estas sustancias a la capacidad de la sangre para transportar oxígeno a través del cuerpo. La exposición de animales a niveles altos de dióxido de cloro y clorito antes del nacimiento y en las etapas tempranas del desarrollo luego del nacimiento puede causar retrasos en el desarrollo del cerebro
Mecanismo de desinfección del dióxido de cloro
Los mecanismos de desinfección del dióxido de cloro son la oxidación de la capa lipídica, disminución de los niveles de ATPasa, pérdida de proteínas y polisacáridos, así como el rápido descenso de iones. Estudios realizados sobre rotavirus demostraron que el principal mecanismo de desinfección involucra la desnaturalización de proteínas del virus inhibiendo de esta forma el enlace entre la proteína del virus y la célula hospedera. El dióxido de cloro es un oxidante específico que solo reacciona con 5 de los 20 aminoácidos esenciales: cisteína, tirosina, triptófano, histidina y prolina, siendo más rápido con la cisteína, tirosina y triptófano. En el caso del SARs-CoV-2 la proteína spike tiene 6 aminoácidos claves dentro de los cuales se encuentra la tirosina que puede ser oxidado por el dióxido de cloro.
Desinfección en alimentos
El dióxido de cloro es recomendado como desinfectante efectivo en alimentos ricos en carbohidratos, así como en diferentes vegetales como tomate, lechuga, zanahoria, pimiento verde etc., en diferentes frutas como manzana, arándanos, fresa, así como en productos cárnicos y semillas; es efectivo para la desinfección en diferentes matrices alimentarias y en superficies en contacto con alimentos siendo ideal en superficies duras y frutas pues no pierde su calidad después del tratamiento.
Se recomienda que para el lavado de zanahorias, arvejas, habas, maíz, papas, tomate, frutas y otros vegetales con cáscara una solución 5 mg/L por 5 minutos, esto no genera riesgo porque la concentración es baja y los alimentos solo quedan humedecidos con la solución de manera que se ingiere cantidades muy bajas de dióxido de cloro, no es necesario enjuagarlas basta con solo sacudirlos. No se recomienda el lavado de vegetales ni frutas sin cáscara. Como solución desinfectante o sanitizante para superficies se recomienda en el rango de 100-200 mg/L por 5 minutos.
La dosis necesaria para desinfectar el agua que será bebile es 0,2 mg/L y después de 10 minutos la concentración disminuye a valores por debajo del límite de detección, también indica que las dosis en diferentes países europeos varía entre 0,2 – 0,5 mg/L, informó la Unalm a INFOREGIÓN.
Por otro lado a valores de pH de 7 el dióxido de cloro en concentraciones de hasta 7 mg/L elimina virus como polivirus tipo I, coxsaki tipo B3, ECHO 11, Adenovirus tipo 7, virus simple del herpes y mumps durante un tiempo de 30 minutos a diferencia del cloro, sin embargo a valores de pH alcalino mayor a 9 la eficacia del dióxido de cloro se reduce por la desproporción del ClO2 (Junli et al. 1997). Chang et al. 2020 indica que concentraciones de 5 a 10 mg/L de dióxido de cloro requiere solo de 1 a 2 minutos para eliminar los microorganismos y que concentraciones de 0,1 a 0,5 mg/L después de 30 minutos todavía presentan microorganismos. La EPA fija como valores máximos de dióxido de cloro en agua potable de 0,8 mg/L (EPA 2002).