Según un nuevo estudio publicado en Conservation Letters, más de 500 represas están siendo planeadas o en proceso de construcción dentro de áreas protegidas. El estudio realizado por WWF y sus socios de conservación, también revela que actualmente existen más de 1200 grandes represas dentro de áreas protegidas. Estos hallazgos hacen sonar las alarmas debido a la capacidad que tienen las áreas protegidas para proteger de forma efectiva a los ríos que las atraviesan.
Las represas cambian la forma en que fluye un río, ocasionan bloqueos y alteran los patrones de migración. Las especies que se desplazan en busca de alimento, para reproducirse, o buscar nuevos hábitats a medida que las estaciones del año cambian, como el salmón y los delfines de río, se ven imposibilitadas. Esto amenaza a los importantes ecosistemas de agua dulce, así como a las personas y la vida silvestre que dependen de ellos para sobrevivir.
«Las áreas protegidas son una estrategia fundamental para proteger la biodiversidad y los servicios que brindan a las personas, pero su diseño y gestión para proteger los ecosistemas de agua dulce deben ser mejorados», señala Michele Thieme, autora principal del estudio y científica líder de agua dulce en WWF. “Los ríos son el alma de los ecosistemas. Cualquier política que tenga como objetivo conservar la naturaleza debe priorizar el libre flujo de los ríos», acotó.
Para ayudar a los países y las comunidades a proteger mejor sus recursos hídricos, WWF y sus socios de conservación han detallado cómo el mundo puede cumplir los objetivos climáticos y a la vez mantener los ríos interconectados y fluyendo. Se debe cambiar una parte del desarrollo hidroeléctrico proyectado a futuro por una mayor inversión en generación eólica y solar, así como desarrollar cuidadosamente nuevos proyectos hidroeléctricos que mitiguen impactos negativos en los ecosistemas más vulnerables. Solo así será posible proteger mejor los ríos, a las especies y comunidades que dependen de ellos.
Estudios previos:
Un estudio de 2019 reveló que más de dos tercios de los ríos más grandes están obstruidos por represas e infraestructura. La pérdida de ríos sanos e interconectados es una de las principales causas de la disminución del 83% de las poblaciones de especies de agua dulce, según el Informe Planeta Vivo 2018 de WWF.
Fuente: WWF