Y es que, según explica en un nuevo documento técnico, no hay evidencia científica suficiente para recomendar su uso generalizado en la población ya que, entre otros motivos, puede evitar que se lleve a cabo la higiene de manos, una de las principales medidas para evitar el contagio del virus.
Además, el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades avisa de que el uso regular de guantes puede provocar efectos secundarios en la piel y de que la generación de residuos por su uso «innecesario» puede causar daños ambientales.
No obstante, en entornos sanitarios, el organismo recomienda su uso para reducir el riesgo de contaminación de las manos por parte de los profesionales salud cuando van a manejar sangre u otros fluidos corporales, incluido las mucosas o la piel de los pacientes.
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