Varios países de la región caribeña se han visto afectados este domingo por una enorme nube de polvo del desierto del Sahara, lo que ha provocado que las autoridades locales adviertan a las poblaciones de los riesgos, en especial a las personas con problemas respiratorios. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las tormentas de arena en el Sahara provocan que se eleven a la atmósfera grandes cantidades de polvo y arena que, suspendidos, logran viajar grandes distancias mucho más allá del desierto, logrando alcanzar Europa o América.
El 18 de junio, uno de los satélites de la NASA detectó una enorme nube de polvo sahariano sobre el Océano Atlántico que se extendió desde la costa occidental africana hasta las Antillas Menores. La nube de polvo, que contiene hongos, bacterias, virus, esporas, ácaros, pesticidas y otros componentes químicos nocivos, viajó a través del Atlántico y llegó al Caribe este fin de semana.
Ante el fenómeno, que no es inusual a esta altura del año, las autoridades sanitarias de Honduras destacaron la importancia de que los enfermos por COVID-19 y otras enfermedades respiratorias “cumplan con las medidas de bioseguridad para evitar agravar su condición”. Según el Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceánicos y Sísmicos (Cenaos), a partir del jueves y hasta el sábado próximo se registrarán “concentraciones importantes de polvo de alrededor de 100 microgramos por metro cúbico”.
El polvo del Sahara, proveniente del occidente de África, se caracteriza por traer una masa de aire caliente, con muy poca humedad que, a su vez, contiene materiales biológicos y químicos que son potencialmente dañinos a la salud respiratoria. Este fenómeno es considerado un provocador ambiental de los síntomas de la enfermedad del asma.
Para una protección efectiva, recomiendan usar lentes protectores, mascarilla, lavarse las manos, no tocarse los ojos con las manos y utilizar ropa cubierta. También sugieren a la población cubrir los alimentos y el agua que almacena para evitar la contaminación.
Fuente: Infobae/EFE