La bióloga Claudia Jacobo comentó acerca de las áreas marinas protegidas en el Perú, detallando el proceso en el que se encuentran, los beneficios que nos brindan y los problemas que las acechan. Así lo hizo en una nueva emisión de espacio “Biologando”, conducido por el Blgo. Sandro Chávez, past Decano Nacional del Colegio de Biólogos del Perú.
Jacobo consideró que, al mar, “más que nada se le ha visto como un proveedor de recursos”, pues nos hemos concentrado en la extracción de productos como la anchoveta. Advirtió que “no la hemos visto desde el enfoque ecosistémico”, y recordó que, como la selva, el mar también es proveedor de oxígeno y es uno de los grandes fondos de carbono. “Sabemos más de la Luna que del fondo del océano”, ironizó.
Citó que en nuestro mar tenemos tres Áreas Naturales Protegidas (ANP): La Reserva Nacional de Paracas, la Reserva Nacional de San Fernando y la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes, y Puntas Guaneras; y la zona reservada de Ancón. Recordó que esto es apenas el 0,48% del territorio marino peruano, y que la meta es llegar al 10% en este año. Citó que el Sernanp y el Minam impulsan que la Dorsal de Nazca y el Mar Tropical de Grau sean también áreas protegidas.
Precisó que un espacio sea declarado ANP significa que se respetarán las actividades preexistentes, siempre que convivan, a través de un plan maestro, en la línea de conservación que tiene estos espacios. “Las ANP nos ayudan a mantener los beneficios que nos brindan estos espacios. Si nos los cuidamos ahora, quizá más adelante no existan estos recursos”, alertó.
En cuanto al rubro de Investigación nuestro mar, Jacobo consideró que falta más impulso de parte de las universidades para cubrir la insuficiencia de investigación. Resaltó que “falta mucho por impulsar la investigación. En general, en cualquier rama de la biología es complicado, y en el tema marino lo es mucho más, pues los equipos son costosos, la logística, etc.” Al respecto, manifestó que el tema del COVID-19 es una ocasión para impulsar el desarrollo de los trabajos científicos.
Lo anterior significa no saber con exactitud la diversidad biológica marina que tenemos. Otro reto que consideró Jacobo es afrontar la contaminación que existe, citando como ejemplo a la bahía El Ferrol. También es preciso optimizar el trabajo pesquero impulsando el uso de criterios propios, sin dejar de lado a los pescadores artesanales. Al respecto, Chávez recordó que el Estado no les ha dado mayores facilidades para el desarrollo de su actividad.
Jacobo planteó que el “Estado debería priorizar el conocimiento de los recursos hidrobiológicos, muy aparte de la anchoveta, porque ya viene siendo estudiada desde hace mucho tiempo. Creo que es momento de estudiar otras especies, que permitan el desarrollo de otras pesquerías que se puedan dar más adelante por el cambio climático y otros factores”.
Además, propuso la realización de un inventario de especies de todo el litoral costero del Perú (hay estudios parciales, muchos sin publicar); así como identificar las necesidades de los pescadores artesanales (desarrollando programas de manera conjunta), todo bajo un respaldo económico que acompañe estas tareas. Consideró que la conjunción de los factores biológico, social y económico es fundamental para una buena toma de decisiones.