Loreto: Alertan dragas en el río Nanay

«Decenas de dragas han regresado al río Nanay en búsqueda de oro, desafiando así la voluntad de todo un pueblo de vivir en paz y en armonía con la naturaleza».

Así lo alertó José Manuyama, coordinador del Comité del Agua de Iquitos, denunciando también que los mineros suelen pedir permisos de cateo y se quedan años, sin ningún control ni plan de manejo.

Al momento, el pueblo de Iquitos muestra gran preocupación por la situación y exige a las autoridades cumplir con su labor cautelar por el medio ambiente y la salud de los ciudadanos.

Como se sabe el Nanay es el río del cual la ciudad de Iquitos, que en la actualidad cuenta con medio millón de habitantes, se abastece de agua.

La historia se repite

Se repite la historia de hace ocho años, cuando un grupo de dragas incursionó en este mismo río, en búsqueda de oro. En ese momento el pueblo de Iquitos, con el apoyo del Comité del Agua, se opuso a que operaran siendo expulsadas.

«A pesar de que todos tienen conocimiento que la extracción de oro causa severos estragos como el impacto negativo al medio ambiente —ejemplo claro es Madre de Dios y otras partes del país—, también arruina socialmente, al atraer ‘delincuentes’ que operan mediante diversas modalidades, como la trata de personas, la prostitución, el robo, el crimen organizado, el tráfico de estupefacientes, la corrupción entre otras», expresó Manuyama.

«La extracción de oro causa severos estragos, como el impacto negativo al medio ambiente y arruina socialmente al atraer delincuentes que operan mediante diversas modalidades como la trata de personas, la prostitución, el robo, el crimen organizado, el tráfico de estupefacientes, la corrupción, entre otros.»

Asimismo el coordinador mencionó que las autoridades están evadiendo sus responsabilidades.  «La Policía Nacional del Perú (hay un puesto policial en la zona) y la Capitanía de Puerto de la Marina de Guerra (que debe dar seguridad a los ríos) no actúan», enfatizó.

De igual manera aseveró que tanto la Fiscalía en Materia Ambiental, quien cuenta con funciones específicas para perseguir a los infractores ilegales, y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), ente responsable de la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana, son ineficientes en su labor.

«Lo mismo se puede decir del Gobierno Regional de Loreto, que tiene a su cargo administrar el Área de Conservación Regional Alto Nanay Pintuyacu, Chambira que protege las cabeceras del río. Pese a estas funciones el tráfico crece», agregó. Ante la inoperatividad de las autoridades, el Comité del Agua se ha visto obligado a actuar.

«Sabemos que las actividades económicas ilícitas, como la extracción de oro, son rentables, pero también sabemos que son altamente contaminantes y que atraerá a gente más inescrupulosa para convertir en un infierno cada lugar donde actúe. La función de vigilancia ciudadana debe ser una tarea que no tiene vacaciones y que no se puede delegar», declaró Manuyama.

En el 2012 y 2013 la población de Iquitos tuvo escenarios de duras jornadas llenas de protestas ante el riesgo de la explotación petrolera que en ese momento se quería hacer en las cabeceras del río Nanay. Gracias a esa lucha, hasta el día de hoy no hay riesgo petrolero en la zona.

«En un contexto de cambio climático y de degradación ambiental lo peor que puede pasar incrementar la frontera minera en el territorio amazónico. En un contexto de cambio climático y de degradación ambiental lo peor que puede pasar incrementar la frontera minera en el territorio amazónico», aseguró.

Liberar a la cuenca de esta vieja amenaza

«Es una oportunidad para que todos los involucrados hagan lo correcto en el rol que corresponda. Ocasión para recuperar la deshonra de la inacción. Nos merecemos un Estado respetable. Merecemos una ciudadanía que haga respetar sus derechos», exclamó José Manuyama.

«Nos merecemos un Estado respetable. Merecemos una ciudadanía que haga respetar sus derechos. Buscamos un desarrollo amazónico abierto a actividades económicas que no colisionen con la ecología presente y futura de nuestros pueblos, que conserve la naturaleza y lo mejor de nuestras culturas ancestrales», añadió.

«No debemos permitir que nadie destruya más la agrietada sociedad que ya vivimos. Debemos llevar adelante la tarea de hacer posible que la Amazonía sea un verdadero refugio de vida fraterna, solidaria, intercultural, plena de bienestar y de sabiduría. Comencemos por el Nanay. Queremos contribuir a la salud social de la patria y de la humanidad entera», finalizó.

Protesta pacífica

El miércoles 19 de febrero, la sociedad civil convocó a una protesta pacífica frente a la Marina de Guerra para exigir que se eliminen las dragas que hay en el Nanay.

Asunta Santillán Bartra, pobladora de Iquitos que acudió a la protesta, escribió en su cuenta de Facebook: «no hemos entendido que nuestras únicas opciones son defender el Nanay o morimos envenenados».

«Tenemos la experiencia de Madre de Dios, en donde el río está muerto, la biodiversidad ya no existe y no se puede comer pescado por ahí pues no sabes que tanto mercurio tiene… Esas son las consecuencias de la minería ilegal, además este delito está asociado a otros como trata de personas, tráfico ilegal de sustancias prohibidas, entre otros», mencionó Santillán Bartra.

La preocupación de la población es que finalmente el agua contaminada proveniente del Nanya llegue a las casas.

«Ya tenemos el aire contaminado y no hacemos nada, tenemos contaminación sonora y ya hemos normalizado la bulla en esta ciudad, no tenemos parques y zonas verdes y nuestras autoridades siguen pensando en cemento», expresó Santillán.

Así como ella, los pobladores de Iquitos aseguran que se quedarán a defender el río Nanay. «Nos quedamos todavía por acá, por aquellos que no tienen opciones de poder irse», concluye la publicación.

Fuente:

Servindi, con información de José Manuyama, coordinador del Comité del Agua de Iquitos.