La Wildlife Conservation Society (WCS) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), con el apoyo de la Unión Europea, han iniciado la implementación de la “Alianza por la fauna silvestre y los bosques”, que tiene como zona de impacto a Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, y las dos fronteras triples Brasil-Colombia-Perú y Bolivia-Brasil-Perú. La iniciativa que se presentará durante la Primera Conferencia sobre Comercio Ilegal de Vida Silvestre en las Américas tiene una duración de 48 meses.
El objetivo principal de esta iniciativa es mejorar el involucramiento y participación de la sociedad civil para fortalecer la aplicación y cumplimiento de la ley, así como la cooperación con y entre las autoridades de los diferentes países para combatir el tráfico de fauna silvestre y madera.
Sabemos que los Andes y la Amazonía enfrentan importantes amenazas como el avance de la frontera agrícola, el desarrollo de proyectos extractivos y de gran infraestructura, así como la creciente extracción ilegal y no sostenible de fauna silvestre y de madera. Como consecuencia, afecta la supervivencia de muchas especies, vulnera la seguridad nacional y la buena gobernanza, y ocasiona el aumento de la deforestación y degradación de los bosques.
Padu Franco, director de Andes, Amazonía, Orinoquía de WCS dijo que: “Esta alianza es importante ya que va a mejorar el entendimiento sobre la dinámica del tráfico de fauna silvestre en la región y nos permitirá desarrollar mecanismos de colaboración entre los actores para lograr los objetivos de conservación que estamos buscando.”
Para Yovana Murillo, coordinadora de la Alianza, “la cooperación, el intercambio de información y la investigación conjunta, facilitarán las relaciones entre los países amazónicos y asiáticos para poder reducir el tráfico de fauna silvestre. Además, una sociedad civil informada y consciente podrá participar activamente en las acciones de apoyo que se necesitan”. Por su parte, el compromiso de WWF facilitará los mecanismos de colaboración que promuevan un mercado de madera legal y el fortalecimiento de los sistemas de trazabilidad de la madera.
Se espera que al término del proyecto se logre contar con información clave que permita el entendimiento sobre las tendencias comerciales emergentes de tráfico de fauna silvestre y madera; fortalecer las capacidades de los actores de la sociedad civil y del personal gubernamental desde el campo hasta los niveles fiscal y judicial, mediante la mejora de las plataformas de comunicación y cooperación, la capacitación y la provisión de herramientas y materiales de referencia e identificación.
Además de empoderar a las organizaciones indígenas y de las comunidades rurales que viven en puntos críticos (hotspots) de tráfico de fauna silvestre y madera como actores clave en los esfuerzos contra el tráfico, informó la WCS a INFOREGIÓN.