La Federación Peruana de Fútbol y Unicef presentaron la campaña “Únete a la Barrera contra la Violencia” para visibilizar cómo la población responde a una situación de violencia que afecta a niños y niñas, se informó a INFOREGIÓN.
Todo comienza con una cancha de fútbol armada en la explanada del centro comercial Plaza Norte, un arquero y un entrenador que llama al público a patear un tiro libre. Luego del primer intento, el entrenador les dice a los participantes que va a añadir una dificultad al juego y que se colocará una barrera. En ese momento, tanto el “jugador” que es del público como quienes se han arremolinado para ver el tiro, se dan con la sorpresa que la barrera está formada por niños y niñas.
Ellos salen asustados porque al ponerse frente a quien pateará la pelota tienen miedo de ser golpeados. Las reacciones de la gente no se hacen esperar. Todos hacen gestos de negación, de que algo anda mal, que no puede ser posible y el propio participante habla con el entrenador y le dice que no pateará. Los motivos que recogimos fueron: son niños, están asustados, si les cae les va a doler, cómo voy a patear y golpearlos, entre otros comentarios.
Si bien el experimento social mostró el rechazo unánime del público frente a un acto que podría dañar a un niño o una niña, esto lamentablemente no ocurre en la vida cotidiana. Lamentablemente, los niños, niñas y adolescentes están siendo violentados en los lugares donde deberían estar más protegidos, es decir en sus hogares y en las escuelas, debido al uso de la violencia física y psicológica como estilo extendido de crianza y aprendizaje.
El Presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Edwin Oviedo señaló al respecto: Así como no podemos permitir la violencia en una cancha de juego, en una barra del estadio, tampoco podemos permitir la violencia en las casas, en las calles, en las escuelas.
Sin embargo, las cifras al respecto son claras y contundentes: De acuerdo a la Encuesta Nacional de Relaciones Sociales Enares 2015, en promedio a 24 de cada 100 niños, niñas y adolescentes los han golpeado con cachetadas, nalgadas, mordiscos, puñetes, golpes con correa, sogas o palos. Las cifras incluso puedes ser más duras: a 2 de cada 100 los han agredido con quemaduras, atacado con cuchillos u otras armas.
El grado de violencia psicológica es también muy fuerte. De acuerdo a la misma fuente, en promedio 62 de cada 100 niños, niñas y adolescentes considera que alguna vez en su vida fueron agredidos psicológicamente. Más del 90% de estos recibieron insultos que incluyen lisuras, apodos, burlas; mientras que aproximadamente el 30% manifiesta que fueron amenazados con botarlos de sus casas, prohibiciones de relacionarse con otros niños de su edad o amenazas de golpes.
De otro lado, en el marco del Estudio sobre los Determinantes de la Violencia a la niñez que viene llevando a cabo el MIMP con el apoyo de Unicef, se encontró que como resultado de las constantes prácticas de crianza violentas se va instalando la idea de la normalización de la violencia hacia los niños y las niñas, lo cual dificulta el camino para el cambio en las normas sociales que perpetúan conductas violentas hacia la niñez.
La situación se torna crítica si el niño, la niña o el adolescente empiezan a ver la violencia como algo normal en su vida y peor aún si empieza a mirarla como algo “que debe” suceder porque es la forma correcta de corregir. Las investigaciones que forman parte del mencionado Estudio, muestran respuestas como: “Si me porto mal, tienen razón en pegarme”.
Maria Luisa Fornara, Representante de Unicef sostiene: “Esto contribuye a que la violencia se transmita de generación en generación y con ello se fortalezca la idea de la normalidad de las prácticas de crianza violentas, cuando en realidad estas constituyen una transgresión a la integridad física y mental del niño o la niña”.
Es por esta situación que ocurre a diario dentro de la casa, en la calle, en la escuela, en los entornos de cualquier niño, niña o adolescente, que la FPF y Unicef decidieron realizar este experimento social que demuestra que nadie quiere golpear a un niño frente a la mirada de otros.
Esta respuesta social en un ámbito público es la misma que debería ocurrir dentro de la casa, en la escuela, en las calles. Es por eso que “Únete a la Barrera contra la Violencia” es el mensaje que necesitamos que todo peruano y peruana tenga como la camiseta de su vida. Con la misma pasión con la que se abraza al fútbol, con esa misma energía seamos capaces de proteger a nuestra infancia y adolescencia. Unámonos todos a la “Barrera contra la Violencia”.
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