Para nadie es un secreto la fiebre del oro que vive el departamento de Madre de Dios. Lo que tal vez pocos sepan es que ésta –la tercera en los últimos ochenta años- comenzó un día cualquiera del año 2009, cuando un grupo de mineros que operaban en la quebrada de Guacamayo tomó la decisión de cruzar la carretera Interoceánica para “barretear” en un área hasta entonces prohibida pero rica en depósitos aluviales.
En poco tiempo, el apacible sector de La Pampa, en la Zona de Amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata, se vio invadido por miles de mineros que fueron llegando de todas partes para establecer una zona que se ha caracterizado por dos constantes: la violencia desmedida que no respeta los derechos humanos de la población local y la deforestación galopante que se ha extendido por toda la región.
Los datos del avance de la deforestación en Madre de Dios no son muy precisos. El Ministerio del Ambiente (Minam) y una serie de organizaciones públicas y privadas han indicado que son alrededor de 50 mil hectáreas de bosque que se han perdido como consecuencia de la minería ilegal, que avanza a un ritmo descontrolado.
Reportes como los del MAAP (por sus siglas en inglés: Monitoring of the Andean Amazon Proyect), señalan que solo entre abril de 2016 y setiembre de 2017 se destruyeron en La Pampa 560 hectáreas de bosques; siendo el estimado de deforestación para todo el departamento en el año 2017 de 20,800 hectáreas, dos veces más que en 2006, cuando los precios del oro aún no repuntaban en los mercados internacionales.
Se estima que la pérdida de bosques por minería, tala ilegal y cambio de uso de la tierra –para fines agrícolas, ganaderos o de simple ocupación humana- en Madre de Dios bordea la cifra de las 350 mil hectáreas deforestadas.
Ciencia para contrarrestar la deforestación
Desde el 2015, Wake Forest University, el Centro de Innovación Científica Amazónica, Usaid y WWF Perú, decidieron unir esfuerzos con el objetivo de restaurar los paisajes degradados por la minería aurífera en Madre de Dios.
La coordinadora de la iniciativa, Edith Condori, del equipo de WWF Perú en Madre de Dios, detalla: “Se trata de un modelo que combina en lo sustancial ciencia y compromiso político, con el objetivo de diseñar y ejecutar propuestas de reforestación para áreas degradadas por la minería, buscando que la recuperación de estos espacios perturbados generen beneficios a las poblaciones locales”.
En 42 hectáreas altamente perturbadas de Madre de Dios y Cusco, el equipo científico de Cincia apoyado por WWF Perú, estudia la capacidad de regeneración natural que poseen los ecosistemas acuáticos y terrestres afectados por la minería para desarrollar modelos exitosos de restauración ambiental en otras áreas.
“En esta primera fase del proyecto, anota Condori, se ha logrado involucrar a un grupo muy significativo de concesionarios mineros, propietarios de predios agrícolas y municipios locales de seis distritos mineros: Camanti-Quincemil, Huepetuhe, Madre de Dios, Inambari, Laberinto y Tambopata, quienes cedieron en algunos casos sus tierras para la investigación o dieron el apoyo político tan necesario en estos casos”.
Municipios distritales involucrados
Con los gobiernos locales involucrados, se implementó el primer vivero tecnificado de Madre de Dios en Mazuko, con una capacidad para producir 20 mil plantones por campaña. Esto llamó la atención de los mineros de la zona interesados en asumir los pasivos de la explotación aurífera de cara a la anunciada formalización minera.
Con este respaldo, la Municipalidad de Inambari elaboró con apoyo de WWF Perú, un perfil técnico que le permitió acceder a un fondo concursable del SERFOR – CAF de 947 mil 865 soles que permitirá reforestar 80 nuevas hectáreas y la adquisición de los equipos necesarios –drones y Sistema de Información Gográfica (SIG) incluidos- para monitorear el avance del proyecto.
“Con este impulso, no solamente se logra dar continuidad al proyecto base, ampliando la capacidad productiva del vivero que se inauguró en julio de 2017, sino también se demuestra que es posible, desde los gobiernos locales, conseguir los recursos que se necesitan para generar desarrollo en Madre de Dios” señala Edith Condori. Otro de los objetivos de esta iniciativa es fortalecer las capacidades técnicas de los gobiernos locales y las instituciones involucradas, generar gobernanza y proveer de recursos a los municipios.
Salvemos el Manu
Lo mismo ha ocurrido en el Manu, una de las tres provincias que componen el departamento de Madre de Dios, su municipio también presentó al Ministerio del Ambiente un novedoso proyecto de recuperación de ecosistemas degradados por la agricultura y la minería que les permitió adjudicarse un fondo de 1 millón 099 mil 959 soles. Esto permitirá emprender un ambicioso plan que pondrá en valor 60 hectáreas en diez comunidades nativas, entre ellas las emblemáticas Harakbut de San José de Karene, Puerto Luz y Shintuya.
Se prevé la puesta en marcha de dos nuevos viveros tecnificados en las localidades de Salvación y Boca Colorado y dotar al municipio del Manu de un moderno Sistema de Información Geográfica (SIG) y drones cuyas fotos y videos permitirán el monitoreo apropiado del trabajo en curso.
Muy pronto en las tierras degradadas de sectores importantes del distrito de Inambari y de la provincia de Manu, en Madre de Dios, los cedros, las guabas, las bolainas, los shihuahuacos, las capironas, las topas, los tornillos, las castañas y las demás especies forestales que crecen y seguirán creciendo en sus viveros tecnificados, llenarán de vida lo que antes fue solo desolación y muerte.