Alumnos de la UNAS se mantienen firmes en sus reclamos

La situación caótica desatada en la Universidad Nacional Agraria de la Selva (UNAS) por la protesta estudiantil ante lo que denominaron incapacidad y falta de transparencia de parte de las autoridades de esta casa de estudios superiores sigue sin resolverse. Se vive un tenso clima y se exige un diálogo entre las autoridades y estudiantes para poner fin al problema.

Tras la toma estudiantil del campus universitario, la intervención de la Defensoría del Pueblo y la intención del rector Efraín Esteban Churampi de acceder a un diálogo franco sobre los reclamos, el anochecer del martes fue bastante movido.

Para entonces, la policía ingresó a la universidad rompiendo los candados que habían sido colocados y se produjo una gresca que incluyó el uso de granadas lacrimógenas por parte de la policía para intentar dispersar a los manifestantes, lo que se logró en un inicio.

Sin embargo, los propios agentes policiales no calcularon bien la situación y minutos después una gran cantidad de estudiantes emprendieron una ofensiva contra la policía para recuperar  terreno, se informó a INFOREGIÓN.

Minutos después, los jóvenes dominaron en el campus y la policía otra vez quedó fuera. Hasta muy cerca de las instalaciones universitarias llegaron varios padres de familia para expresar su apoyo a los estudiantes que reclamaban diciendo que la institución necesita mejorar en los aspectos que señalan los reclamos.

La mañana del miércoles las puertas permanecieron cerradas y los estudiantes reclamaban la presencia del rector, sus vice rectores y los decanos de todas las facultades para tratar los temas planteados.

Para entonces, un fuerte contingente policial, mayor que el día anterior, se apostaba a las afueras para actuar si fuese necesario. Así transcurrió hasta después del mediodía, en que se anunció que a partir de las 10 de la mañana del jueves se producirá el diálogo.

En tanto, las puertas de la institución continuaban cerradas y nutridos grupos de estudiantes se atrincheraron al interior  de las tomadas instalaciones resueltos a defender sus posiciones, mientras al otro lado de las rejas y la cartera un fuerte contingente policial, más numeroso que el día anterior, también esperaba alerta.