La raza le viene del galgo a Alfonso Grados Carraro, ministro de Trabajo. Su padre, Alfonso Grados Bertorini, ocupó dos veces dicha cartera: en 1968 y 1980 con Fernando Belaunde Terry. Los retratos del memorable “Toribio Gol”, sus grandes anteojos y trejos mostachos, con 12 años de diferencia, cuelgan en la galería de exministros en el Ministerio. Separan un retrato del otro una recatafila de militares FAP, los kepís ladeados o zarandeados, según los tiempos.
¿Por qué no se incluyeron reformas laborales en la delegación de facultades?
–Una de las premisas fundamentales de mi gestión es que los actores empresariales y sindicales no sean sorprendidos, sino entramos en un mundo mucho más complejo.
–¿Cómo alcanzar la ambiciosa meta de incrementar la formalidad laboral a 60%?
–Va a haber un trabajo multidisciplinario. Ese esfuerzo, que es el de más alto alcance del gobierno de Pedro Pablo Kuzcynski, va a permitir políticas tributarias, organizativas y económicas. Tenemos que atacar el problema también desde el lado de la formalización de las empresas.
–¿A qué se debe la alta informalidad laboral?
–Hemos llegado a 26,8% de empleo formal en 11 años de vigencia de la Ley General del Trabajo, una cifra muy pequeña. Y en los últimos dos años, debido al freno económico, ha caído.
–¿Cuáles son los perjuicios de la alta informalidad laboral?
–Cerca del 60% del mundo laboral trabaja en las estructuras menos productivas y no tienen acceso a la seguridad social ni a protección legislativa, por lo tanto son trabajadores expuestos a los más graves abusos.
–¿Dónde se concentra la informalidad?
–El 22% de los trabajadores informales trabajan en micro y pequeñas empresas (MYPES) y el 33% son trabajadores independientes no-profesionales. El 80% de los informales solo tienen secundaria completa. El promedio de ingresos es S/ 850 versus S/ 2,200 en el sector formal.
–¿No tienen un futuro asegurado ni un presente adecuado?
–Están sobreviviendo y no generan plusvalía para ellos ni para sus familias. El mercado laboral informal es poco productivo y trae los sueldos y salarios abajo porque hay muchísima mano de obra no calificada. Eso es lo que hay que revertir en este periodo.
–¿Es muy costoso ser formal en el Perú?
–No quiero decir muy costoso porque podría mal interpretarse. La realidad es que el régimen laboral vigente solo ha permitido tener 26% de la fuerza laboral formalizada. Por lo tanto, si queremos llegar al 60% tenemos que hacer algo distinto, romper paradigmas, evaluar alternativas. Eso lo vamos a hacer a través del diálogo y la concertación.
–¿Qué alternativas plantea?
–Yo promuevo que se sigan evaluando regímenes especiales como los vigentes en la agroexportación y el sector textil en otros sectores que queremos potenciar como, por ejemplo, el turismo.
–¿La rechazada “ley pulpín” de fomento del empleo juvenil era uno de estos regímenes especiales?
–La “ley pulpín” tuvo dos grandes errores. Segmentaba el mercado por categoría de trabajador y no por sector económico. No decía voy a promocionar el turismo o la agroindustria; decía, quiero darle trabajo a los jóvenes. Por ser joven no debes tener menos derechos que otros trabajadores. El otro gran error fue no socializarlo; salió de la manga y en dos días le dieron vuelta.
–Ya existen regímenes tributarios especiales para las Pymes y sin embargo persiste la informalidad.
–¿A qué conclusión llegamos? Que no es un tema de sobrecostos laborales. Lo que hay que entender es qué industria promuevo.
–¿No solo es el costo laboral, sino también el pasado tributario?
–El pasado tributario, los niveles de competitividad, el régimen tributario vigente.
–¿Habrá borrón y cuenta nueva en materia tributaria?
–No lo sé, depende del MEF.
–¿Cuáles son las medidas económicas del paquete económico sometido a facultades delegadas relacionadas a la problemática laboral?
–Medidas tributarias que pueden impactar son el esquema de 10×10 o el 2,5% de las ventas y no sobre el Impuesto a la Renta; modificar las escalas tributarias y el tema de los dividendos. Se están evaluando otras medidas como el crédito tributario a quienes contraten trabajadores formales.
–El ministro de Economía dice que solo 400 empresas peruanas pagan impuestos regularmente. ¿La informalidad es masiva y evasiva?
–Hay una problemática grave de informalidad lo que a su vez genera desorden y corrupción.
–Se relanzó el Consejo Nacional de Trabajo esta semana con el presidente PPK, ¿qué expectativas?
–Uno de los pilares de la gestión del Ministerio del Trabajo será buscar consensos y promover un gran diálogo social en torno a los temas laborales a través del Consejo Nacional del Trabajo (CNT) y la comisión de trabajo del Congreso.
–¿Los sindicalistas sostienen que el empresariado bloquea los acuerdos en el CNT?
–Hay consenso en buena parte de la legislación, pero no hay unanimidad en los temas más sensibles. Por ejemplo, temas como la estabilidad laboral, el cese colectivo, bonificaciones, derechos sindicales no están cerrados. Lo tenemos que abordar de inmediato en el seno del CNT: está atracado en el Congreso y duerme el sueño de los justos.
–¿Cómo piensa romper el impasse?
–A través de un trabajo más intenso, un diálogo más técnico y abierto, poniendo las cartas sobre la mesa con total transparencia.
–¿El seguro de desempleo ha sido descartado?
–El seguro del desempleo fue zarandeado durante la campaña electoral y tenemos que aterrizarlo y ordenarlo mejor. El presidente Kuzcynski dijo que debe socializarse mejor. Estamos trabajando con el MEF el proyecto de Ley.
–¿Cómo superar la resistencia gremial?
–Los gremios sindicales lo quieren entender mejor. El concepto es atractivo para rubros de la economía como construcción o agricultura cuya vigencia laboral es de corto tiempo.
–Los gremios sindicales también se oponen al régimen especial en la agroindustria.
–Objetan que un régimen temporal se ha convertido en indefinido o permanente. Pero tanto empresarios como sindicalistas son conscientes que la informalidad laboral es un grave problema. Tenemos que encontrar soluciones creativas.
–¿El régimen especial en la agroindustria debe replicarse?
–La industria se formalizó gradualmente en un esquema donde se beneficia al trabajador, se generan más puestos de empleo y los costos están más controlados para efectos de la actividad que se realiza. Hay que generar esa visión de desarrollo sectorial de la economía.
–¿Los regímenes especiales implican el recorte de derechos laborales?
–No me gusta la terminología de reducción de derechos laborales. No es la idea. Lo que digo es que hoy día en el Perú existe un régimen laboral vigente –y no vamos a modificarlo. Lo que digo es que hay campo para seguir creciendo con regímenes especiales. En el camino tenemos que encontrar los sectores, los beneficios e integrar lo más posible a los gremios empresariales y laborales.
–El gobierno habla de los 100 primeros días, ya han pasado 40. ¿Qué medidas tiene en carpeta?
–A fin de año debemos tener un código de trabajo –que en realidad llamamos Ley General del Trabajo–, que será aprobado por el trámite legislativo ordinario. La actual norma es coja. Confío en que tendremos encuentros saludables para tener una ley integral y moderna que busque productividad, empleo digno y, sobre todo, la formalización laboral.
–¿Y si no llega a un acuerdo?
–Va a ser una discusión social y política pero a la vez muy técnica. El Ministerio de Trabajo no va esperar que siempre haya unanimidad porque si no nos quedamos atados de manos. Estoy planteando que el campo de acción del Ministerio de Trabajo no se limite al 30% de la fuerza laboral. Yo soy ministro de Trabajo para ver el 100% de los trabajadores del Perú, y el 70% no tienen formalidad.