La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, viene preparando la defensa que tendrá que presentar el próximo 29 de agosto, fecha en la que será sometida a un interrogatorio en calidad de acusada.
Como se sabe, este juicio político comenzará el día 25 y se desarrollará ante los miembros del Senado brasileño. Rousseff está acusada de violar la ley de responsabilidad fiscal en el manejo y aplicación de las partidas presupuestarias de 2015.
Trascendió que durante su intervención la presidenta suspendida propondrá nuevas elecciones y denunciará que en su contra se orquesta un golpe de Estado. Muchos dan por descontado que como respuesta los senadores le echarán en cara su responsabilidad por la actual crisis que vive el país.
“Resistí tensiones más fuertes en mi vida que esta, esto es un ejercicio de democracia. Será la manifestación de una presidenta que irá al Senado y que está siendo juzgada por un proceso de juicio político sin un delito de responsabilidad”, dijo Rousseff durante un encuentro con mujeres en el Palacio de la Alvorada.
La intervención de Rousseff es muy esperada. “Que Dilma venga al recinto de la cámara alta es un gran acontecimiento político. Ella es una mujer fuerte que crece en la adversidad. La verdad está del lado de ella y le irá bien”, dijo Lindbergh Farias, senador del Partido de los Trabajadores.
Entre sus detractores el senador Ronaldo Caiado, dirigente ganadero del derechista Demócratas, socio de Temer, afirmó que Dilma “deberá explicar la corrupción en su gobierno y cómo ha dejado el país en la ruina tras su paso por el gobierno”. Caiado siempre llama a Rousseff como la “expresidenta”.