El Banco Mundial, BM, advirtió que si no se toman desde ahora medidas apropiadas para enfrentar los efectos del cambio climático, los glaciares y las nieves perpetuas de la cordillera de los Andes se derretirán en los próximos 20 años, produciendo ello un impacto dramático en el suministro de agua, la agricultura, la generación de energía y el bienestar general de los peruanos.
La advertencia es parte del informe «Desarrollo con menos carbono: respuestas latinoamericanas al desafío del cambio climático» presentado hoy por la institución y que revela que en los últimos 35 años los glaciares del Perú se han reducido en 22 por ciento.
El documento añade que esta situación conduce a su vez a la reducción del 12 por ciento del suministro de agua fresca en la Costa, donde vive aproximadamente el 60 por ciento de la población del país.
«Es altamente probable que la superficie terrestre sufra en las próximas décadas un incremento de temperaturas que oscile entre los 2 y 4,5 grados centígrados. Un aumento de esta magnitud no tiene ningún precedente histórico», expresó Pablo Fajnzylber, economista señor del BM y uno de los autores del citado informe.
Consideró que el Perú ya está padeciendo algunas de las consecuencias atribuidas al cambio climático, por lo que considera importante profundizar todas las medidas de mitigación y adaptación posibles, como parte de una política de Estado que sea amigable con el medio ambiente.
De acuerdo al citado informe, el Perú es particularmente vulnerable al cambio climático e indica que además es uno de los diez países con mayor biodiversidad en el mundo cuya alta complejidad y riqueza ecológica le añade un riesgo adicional, debido a su propia sensibilidad ante los cambios repentinos, dado que en sus ecosistemas habitan especies y flora únicas en el mundo.
«El llamado “estrés hídrico” así como las lluvias persistentes generadas por los fenómenos de El Niño y La Niña contribuyen a la inseguridad sobre la disponibilidad del agua, que también afecta la generación de energía hidroeléctrica que produce el Perú. En el año 2006 este recurso representó el 72 por ciento de la oferta total de energía», reveló Walter Vergara, otro especialista en cambio climático del BM.
Indicó que para el sistema de generación eléctrica del Perú el impacto como consecuencia de la pérdida de la regulación del agua causado por el aumento de la temperatura de los andes podría ser, si no se toma ninguna medida de adaptación, de hasta mil 500 millones de dólares al año.
Ambos especialistas del BM estimaron que el costo anual de los desastres naturales ocurridos en el período 2000 – 2004 fue de 325 millones de nuevos soles.
Cabe resaltar que, de acuerdo al estudio, en el Perú, la ocurrencia de desastres muestra una tendencia progresiva. Las inundaciones se incrementaron en más del 60 por ciento durante el período 1990 – 2000, en comparación con la década precedente, y en el mismo período los huaycos aumentaron en un 400 por ciento.
Al respecto, Vergara mencionó que las principales estimaciones científicas anticipan en el Perú un incremento en los niveles del mar, con consecuencias adversas sobre sus poblaciones costeras, considerando que el incremento de la temperatura en la superficie marina modificará las áreas de reproducción de los peces y las reservas.
El mencionado estudio del BM sostiene además que en la costa peruana el cambio climático puede contribuir a la salinización y desertificación de las tierras agrícolas.
Crisis internacional no debe evitar tomar medidas de previsión
De acuerdo al mismo informe, la actual crisis financiera internacional no puede hacer perder de vista la necesidad de adoptar y aplicar políticas urgentes de mitigación y adaptación, que tomen en cuenta las características específicas de cada país.
«Sería imprudente dejar que la urgencia de la crisis financiera mundial desvíe nuestra atención en relación a los peligros del cambio climático. El reto es identificar y aplicar la mayor cantidad posible de políticas que tengan un impacto simultáneo en ambos frentes», dijo Fajnzylber.
El estudio del BM sostiene, asimismo, que el Perú está en condiciones de gestionar y obtener nuevos recursos financieros internacionales si mantiene una política apropiada de mitigación y adaptación al cambio climático.
Por consiguiente, se sugiere que una prometedora fuente de ingresos futuros para América Latina radica en la posible disponibilidad de nuevos recursos financieros a través de la renegociación y expansión del mecanismo desarrollo limpio del Protocolo de Kyoto que expira en 2012.
Vergara indicó que en este momento el BM está trabajando en un sistema mucho más allá del mecanismo de desarrollo limpio y que llegará al año 2022. «Va a permitir la fluctuación de precios en los bonos de carbono, la capitalización temprana estructuralmente, en términos de mitigación, dijo.
De acuerdo al informe las actuales negociaciones buscan incluir en el futuro acuerdo Post Kyoto las actividades de reducción de emisiones originadas por la deforestación y la degradación forestal en los países en desarrollo.
Por otra parte, el documento menciona que América Latina y el Caribe pueden promover inversiones para contribuir a lograr un desarrollo con menos carbono. Entre estas políticas, el estudio resalta la necesidad de aumentar la eficiencia energética, reducir la deforestación, mejorar el transporte público, desplegar fuentes de energía renovable, desarrollar biocombustibles sustentables y de bajo costo, así como mejorar el manejo de los residuos.
Vergara manifestó que el BM tiene un fondo de tecnología limpia que le permite a algunos países utilizar recursos subsidiados para introducir tecnologías más limpias en el mercado.