Los periodistas cercan la casa pero ya se tomaron las previsiones para ingresar en un carro de lunas polarizadas. Una llamada de advertencia a los cinco minutos para que abran a tiempo el portón, otra a tres cuadras.
La esposa del candidato, Nancy Lange, luce cansada pero saluda con amabilidad. Pedro Pablo Kuczynski accedió el martes 7 a unas fotos para CARETAS en momentos que, a pesar del suspenso del escrutinio, se asienta cada vez más como presidente electo del Perú. La agenda ya está en marcha.
Gabinete y Parlamento
De acuerdo con el reportero, PPK niega con la cabeza cuando le plantean la dificultad de tener ministros que provengan del Parlamento. Y es que ahí están varios que estaban cantados, como Gino Costa, Carlos Bruce y Juan Sheput (ver más en Mar de Fondo).
Kuczynski pretende llegar al 28 de julio con un paquete de siete proyectos de ley urgentes. Conformado el gabinete, la relación con un parlamento con mayoría fujimorista es todavía de pronóstico reservado.
Para el efecto de mejorarlo, PPK viene impartiendo instrucciones claras a los voceros para bajar dramáticamente el tono. Para reforzar el punto, Vizcarra se compromete a convocarlos esa misma tarde en la oficina de la Fundación Perú. PPK tiene claro el orden de un plan concertador.
Su primera reunión como presidente electo tendría que ser con Keiko Fujimori. Luego vendría el presidente Ollanta Humala y de ahí los expresidentes Alejandro Toledo y Alan García. Sabe que no se llevan bien y en parte para romper el hielo estaría también presente el otro exprimer mandatario vivo, el presidente del gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas, Francisco Morales Bermúdez. El general EP retirado, lúcido a sus 94, es amigo de PPK.
La relación recuerda que, después del golpe, Juan Velasco le puso al joven gerente del BCR una pistola sobre la mesa para preguntarle dónde estaban los US$ 800 millones por refinanciación de deuda que el ministro de Hacienda Manuel Ulloa había, supuestamente, levantado en Europa. Es parte de la historia que terminó ligeramente citada a manera de acusación por Fujimori durante el segundo debate en la Universidad de Lima, pero más bien ofrece una idea del alcance de la experiencia de PPK. Al igual que el convencimiento que logró arrancarle a Víctor Raúl Haya de la Torre para que el APRA le diera facultades en legislación tributaria durante el primer gobierno de Fernando Belaunde. Una anécdota muy pertinente para los próximos meses.
A la cita con los expresidentes le seguirían encuentros con los principales líderes políticos con presencia parlamentaria. Verónika Mendoza y César Acuña para empezar.
Kuczynski es muy consciente de que estará al frente de un gobierno con muchas vulnerabilidades. Cuando se le pregunta por antecedentes responde que, en el caso peruano, está el de su exjefe Alejandro Toledo. “Un gobierno que comenzó bien, pasó por muchos problemas y luego se estabilizó”. También el del brasileño Fernando Henrique Cardoso y el del canadiense Stephen Harper, “un conservador que gobernó durante diez años con un parlamento de oposición”.
Partitura Particular
Con toda la discusión de los móviles electorales, del voto en contra de Fujimori y no a favor suyo, de la alianza de conveniencia con sus adversarios de izquierda y los desafíos de gobernabilidad que confrontará su virtual gobierno; con todas las subestimaciones de las que ha sido objeto a pesar de la experiencia política, académica y laboral, es fácil olvidar cuán particular es el personaje.
En la mesa, la ruma de partituras está encabezada por una de Mozart y rodeada por instrumentos de viento. El piano preside el salón contiguo a su escritorio, donde los volúmenes de economía, ciencias sociales y literatura van hasta el techo.
Para empezar, el bagaje es evidentemente más significativo que el de Ollanta Humala, Alejandro Toledo y Keiko Fujimori (aunque si por bibliotecas fuera, Alfredo Barnechea hubiera ganado en primera). Alan García lee y escribe mucho y es un político más afilado, pero la sensibilidad musical de PPK podría estar asociada a la serenidad que todos sus colaboradores consultados, sin excepción, le asignan como rasgo principal de carácter. Que se opone, por cierto, a la imagen de frialdad e insensibilidad social que proyectaron sus oponentes, incluidos algunos que ahora son aliados.
“Un tipo que ha sido tantas veces ministro de Estado y tiene su experiencia ya sabe lo que puede y no puede hacer. Para él, a más crisis más calma”, resume el congresista electo Pedro Olaechea.
Otra cercana activista del partido explica que cada diferencia dentro de Peruanos Por el Kambio se ha solucionado con las partes sentadas en la mesa. El candidato ha descrito su rush agresivo en la última parte de la campaña como si le hubieran pedido calzarse zapatillas de clavos en los
últimos 100 metros de una maratón. Evidentemente ya se las quitó y recuperó una actitud concertadora que puso en riesgo la candidatura pero
le podría servir de mucho en Palacio.
Al preguntársele en qué momento puntual decidió que podía ser presidente, responde que “primero picó el bicho” cuando fue designado primer ministro en agosto de 2005 durante la administración de Alejandro Toledo. Un grupo de congresistas de oposición encabezados por Rafael Rey pretendieron sacarle la promesa de que no sería candidato en el 2006. En retrospectiva, cree que entonces hubiera tenido chance.
“Ahí me di cuenta que si querían que no fuera candidato de repente es porque tenía posibilidades”. Una respuesta muy de PPK.