La mayoría de establecimientos conocidos como prostibares que se ubican en los distritos Huepetuhe, Mazuko y Delta I, en Madre de Dios, se trasladaron a La Pampa, donde hay menor resguardo policial y pueden ejercer la trata de personas con mayor impunidad.
Cabe destacar que en esta zona se ha concentrado el desarrollo de la minería ilegal y todos los problemas que esta actividad desencadena. Estos males incluyen el contrabando, el crimen organizado y la trata de personas.
No obstante, se informó que durante el año 2015 se realizaron 50 intervenciones policiales en Delta I, las cuales lograron reducir la actividad minera en esta zona. Sin embargo, ante esta situación, la población dedicada a la minería ilegal decidió trasladarse a otros lugares de la región.
Los bares de Delta I se mudaron para evitar el control policial e incluso muchos de ellos cambiaron de nombres. Del mismo modo, las casas de compra y venta de oro se trasladaron a La Pampa, ya que la economía informal se desarrolla en esta zona de Madre de Dios. Por esta razón, se registró que en Delta I solo quedan 2 000 pobladores de las 5 000 personas que habitaban este lugar.
Por otro lado, se indicó que durante el último operativo realizado en La Pampa en abril del presente año, se encontró a más de 100 mujeres que eran explotadas sexualmente y eran retenidas por deudas a favor de los explotadores al no cumplir con las «normas» del local.
Además, se destacó que los principales factores que contribuyen con la trata de personas implican la protección que reciben los propietarios de los prostibares por parte de las autoridades y funcionarios corruptos, así como la dificultad de identificar a los responsables y los testigos.