La violencia no se detiene en el Medio Oriente. Luego de los lamentables atentados ocurridos ayer en Aleppo que dejaron un saldo de más de 60 muertos, se cierra una semana de horror en el país gobernado por Bashar Al-Assad. Cabe mencionar que uno de los atentados más trágicos se realizó cuando un grupo de rebeldes bombardearon un hospital patrocinado por Médicos Sin Fronteras (MSF) y la Cruz Roja.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha condenado la serie de atentados ocurridos en los últimos días. Se confirmó el envío de ayuda a todas las personas heridas y damnificadas por los ataques perpetrados.
«Debe haber responsables para estos crímenes. Los ataques a civiles constituyen violaciones inaceptables a las leyes humanitarias», indicó el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Por otro lado, Estados Unidos mostró públicamente su rechazo e indignación por los ataques que causaron la muerte de decenas de civiles. Por su parte, el secretario de Estado norteamericano John Kerry invocó a Rusia presionar al régimen para que cese sus ataques a civiles, sobre todo, en centros de salud y de primeros auxilios.
Asimismo, el enviado de las Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura destacó la necesidad de una iniciativa inmediata por parte de Rusia y Estados Unidos que permita establecer una tregua entre el régimen y los rebeldes con el fin de evitar más pérdidas humanas. Casbe destacar, que Moscú y Washington iniciaron la ejecución de una tregua que entró en vigor el 27 de febrero.