A través de investigaciones a cargo de las autoridades de Colombia, se descubrió la existencia de una red de prostitución que estaría al mando de Darío Úsuga, «Otoniel», uno de los socios de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”.
En las inspecciones realizadas por el personal policial se halló un folio que contenía las fotos de meretrices morenas, rubias y jóvenes, las cuales eran colocadas dentro de un catálogo para promocionarlas ante los clientes. Este mercado de prostitución responde a la alta demanda de meretrices por parte de los jefes de las redes más grandes del narcotráfico, quienes están dispuestos a destinar millones de pesos en contratar servicios sexuales por parte de estas mujeres.
Por otro lado, mediante la publicación de un reportaje de la edición colombiana Semana, se informó que estas mujeres usualmente son captadas por estas redes de prostitución desde diversas ciudades para luego ser trasladadas a la selva del país, en donde se esconden las altas esferas del narcotráfico. Asimismo, se indicó que estas mujeres de 11 a 14 años de edad serían violadas bajo amenazas que incluían el asesinato de sus familiares o en algunos casos estas eran vendidas a cambio de dinero o joyas.
Finalmente, se dio a conocer que, gracias a los allanamientos policiales, se logró detener a la proxeneta de los Úsuga, identificada como “Paola”, quien le habría ofrecido a su hermana a Otoniel a cambio de 2 millones de dólares.