Caracas, la más violenta, por Gino Costa

Caracas es la ciudad más violenta del mundo. Así lo establece el último ránking de las 50 urbes más violentas publicado por la organización mexicana Seguridad, Justicia y Paz. Con 120 homicidios por 100 mil habitantes, Caracas superó a la hondureña San Pedro Sula, que durante los cuatro años anteriores había encabezado el ránking. Otras siete ciudades venezolanas también se ubican entre las más peligrosas.

Brasil es el país con más ciudades en el ránking (21), con una tasa promedio de 46, frente a 75 que corresponde a las venezolanas. Ambos países han incrementado el número de sus ciudades en el ránking, mientras que México y Colombia experimentaron la tendencia contraria, acompañada de la salida de Ciudad Juárez –la más violenta entre el 2008 y el 2010– y Medellín, la más violenta en los 90.

El cambio más significativo fue el incremento de la violencia en San Salvador, El Salvador, que se ubicó en tercer lugar con una tasa de 109, luego de haber ocupado el puesto 44 el 2012, con 32, gracias a la tregua entre sus principales maras. El colapso de la tregua explica esta tendencia ascendente.

Como en años anteriores, América Latina concentra el 80% de las ciudades más violentas. Si se agregan las cuatro estadounidenses que han sido parte de la evaluación los últimos años –St. Louis, Detroit, New Orleans y Baltimore– y Kingston, Jamaica, se llega al 90%. Las únicas cuatro ciudades que no pertenecen al continente americano son todas sudafricanas.

La tasa promedio de homicidios de las 50 ciudades más violentas fue de 53 el año pasado. Las 20 más violentas superaron ese promedio. La menos violenta de las 50 tuvo una tasa de 28, inferior a las de Barranca el 2012 (34) y el 2013 (36), y a las de Tumbes (37) y Cañete (30) el 2014. ¿Por qué estas no aparecen? Porque el ránking solo incluye ciudades con más de 300 mil habitantes y ninguna de ellas tiene esa población.

El Perú cuenta, pues, con ciudades de violencia comparable con las del ránking. Son pocas, pero son. Curiosamente, son más bien pequeñas, con excepción de Trujillo, que tiene una tasa de 19. Lima, en cambio, no llega a 5, tasa por debajo del promedio nacional y que es 24 veces menor que la  de Caracas.

Esto podría cambiar si no se detiene el avance de las extorsiones y el sicariato que las acompaña. Las pequeñas ciudades peruanas donde se han disparado los homicidios están marcadas por las extorsiones. Si esto se replicara en Lima, como está comenzando a ocurrir, la espiral de violencia sería difícil de detener.

La mejor forma de prevenir el incremento de la violencia homicida en el Perú es investigando cada homicidio y castigando a sus responsables. Así lo demuestra la experiencia europea, donde se castiga al 81% de los homicidas, a diferencia de América Latina, donde la justicia alcanza a uno de cuatro.