El juicio del peruano Reyes Amasifuén comenzó en Malasia, pero minutos antes del inicio se echó a llorar al enterarse de que hace unos días tres acusados fueron sentenciados a la pena de muerte por el mismo delito que a él se le imputa: tráfico de drogas. Él fue capturado el 15 de mayo de 2007 en el centro de Kuala Lumpur. Llevaba en el estómago 1114 gramos de cocaína repartidos en 116 cápsulas.
Reyes Amasifuén, natural de Huánuco, le dijo a su intérprete argentina Lorraine Marina Bottreau sobre dichas ejecuciones y que otros procesados en la cárcel de Sungai Buloh le dicen que pronto lo transferirán a la jaula de los condenados.
Por su parte, la embajada del Perú en Malasia confirmó que hace poco un juez sentenció a muerte a un traficante de drogas de Indonesia, y al parecer próximamente otro juez hará lo propio en un caso similar, por lo que el contexto no es favorable para el connacional.
De acuerdo a lo informado por El Comercio, en la tercera semana del juicio contra Reyes Amasifuén en el Tribunal Supremo de Kuala Lumpur, el fiscal ha presentado nueve testigos, la evidencia y la cronología de los hechos. La fiscalía intenta establecer que se trata de un caso prima facie.
Sin embargo, el fiscal no ha logrado demostrar la figura de narcotráfico porque Reyes no entregó la droga en territorio malasio. Todo indica que el connacional no tuvo contacto con nadie a excepción de los funcionarios de inmigración, el personal de servicio de taxi y el conductor que lo llevó del aeropuerto hasta el centro de la capital donde fue capturado, relató la intérprete.
Los abogados de la defensa, Tania Scivetti Sandu y Tharamjit Singh, luchan por cambiar la tipificación del delito y han presentado al juez una sólida argumentación para defender la posición de que se trata de un delito de drogas en tránsito en lugar de tráfico de drogas. Solo en este caso, Amasifuén y los otros cinco peruanos detenidos se salvarían de la pena capital.