“Pensé que no pasaría Nada” es el nombre de la campaña que la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) implementó en el aeropuerto Alejandro Velasco Astete de Cusco con el objetivo de informar a todos los visitantes de la ciudad imperial sobre las consecuencias legales del tráfico de drogas.
Esta decisión se tomó debido a que esta ciudad es paso obligado para el transporte de la droga proveniente del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) con destino a Bolivia y Brasil.
De acuerdo a lo informado a INFOREGIÓN, Devida busca que todas las personas que lleguen al Cusco por vía aérea conozcan que la pena máxima en el Perú para el delito de tráfico de drogas es de 25 años de cárcel efectiva.
Esta penalidad también incluye el transporte irregular de insumos químicos y bienes fiscalizados.