Presentan libro sobre la coca en el Vraem

Moisés Arcenio Vela Soto, exdirigente cocalero del valle del Monzón, presentó su libro La Coca no es droga, es alimento y medicina, en el distrito de Pichari, Cusco, que se encuentra en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).

El autor de dicha publicación manifestó que existe una discrepancia con el gobierno en relación al título, ya que el Estado aduce que la coca es droga, pero de acuerdo a su investigación no hay base científica, histórica, bíblica o legal que catalogue a esta planta como estupefaciente.

“La coca puede servir como materia prima para extraer la cocaína pero no es cocaína; así como la caña de azúcar sirve de materia prima para sacar aguardiente pero no es aguardiente, o la cebada es materia prima para la cerveza pero no es cerveza”, indicó.

El exdirigente cocalero manifestó que en el 2009 la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un reporte el cual señala que un niño debe consumir un gramo de harina de coca para combatir la desnutrición, algo que fue desvirtuado por las Naciones Unidas y los Estados Unidos.

Para Vela, su libro propone una lucha verdadera contra al narcotráfico pues, en base al reporte de la OMS, si cada peruano consumiera un gramo de harina de coca en un desayuno, estaríamos consumiendo más de 30 millones de gramos, lo que equivale a 30 mil kilos.

“Si se consumiera al día tres gramos estaríamos evitando más de media tonelada de producción de cocaína, al año 250 toneladas y eso equivaldría a 20 años de trabajo de incautación de la Policía Nacional, porque ellos cada año incautan de 12 a 15 toneladas, así se ahorraría un gasto administrativo de miles de dólares al Estado”, dijo.

“Si la coca no es droga, es alimento y medicina, entonces porque no comer; así como en Bolivia el 70 % está destinado al consumo humano y el 30 % escapa al narcotráfico, por la tanto se escucha que las avionetas entran al Perú a sacar cocaína porque allá se les está dejando sin materia prima”, agregó.

Para el escritor existen organismos internacionales que captan miles de millones de dólares de apoyo internacional para la lucha contra el narcotráfico; sin embargo, el Perú encabeza la producción de cocaína y Bolivia sigue en la cola.

“La erradicación de cocales no es una lucha verdadera contra el narcotráfico. Cuando entra la erradicación a un valle de cocales el narcotraficante no siente ni cosquilla agarra su plata y se muda a otra parte donde hay coca. Quien es afectado es el campesino, el transportista, el comerciantes y todos los que viven en el valle”, recalcó.

Frente a la reconversión productiva, considera que el gobierno no debe sustituir a la coca por otra planta, sino dar una alternativa de desarrollo paralelo a la coca. Pero sí se debe evitar que se siga sembrando más coca, pero a la producción actual se debe paralelo a ello trabajar con otros productos, y como una política de Estado difundir las bondades y propiedad de la hoja de coca de acuerdo a su cuadro nutricional.

“El primer reporte hecho por la Universidad de Harvard en 1975, menciona que la coca tiene nutrientes, vitaminas y minerales (carbohidratos, beta caroteno, calcio, fosfato, potasio, hierro, vitamina C, vitamina E y otros)  y es en 1961 que la coca fue sentenciada como cocaína en la Convención de Viena”, finalizó.