La gran biodiversidad del Perú ayudará al mundo a enfrentar el cambio climático

El problema del cambio climático que ya están sufriendo en el mundo los agricultores, podría ser atenuado con los genes de los productos naturales libres de transgénicos que existen en nuestro país,  aseguró en Diálogo Ambiental, Isabel Lapeña, codirectora del Programa de Asuntos Internacionales y Biodiversidad, de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, SPDA.


 


La experta precisó que en ese aspecto, la rica biodiversidad del país puede contribuir grandemente en este tema y por ello opinó que se debe cuidar y proteger que el Perú sea un país orgánico.


 


«Los países están rastreando cuáles son los genes que pueden afrontar este cambio climático para patentarlo y hacerlo de propiedad privada, entonces, no hay que desechar esta riqueza con la que cuenta el Perú” recomendó.


 


Señaló que en cambio, “si  incluimos los cultivos transgénicos que tienden hacia una agricultura homogénea, uniforme, nos puede llevar a una pérdida de esta identidad genética, a un desplazamiento genético de los cultivos, a una desaparición de los cultivos nativos y en cuestiones económicas o socioeconómicas, tendríamos que dejar de hablar de un Perú país orgánico y diverso, enfatizó.   


 


Qué es un transgénico


Un transgénico o un organismo genéticamente modificado es resultado de la intervención del hombre que modifica el código genético de plantas, animales y otros hombres para clonarlos e introducirlos en un nuevo organismo vivo creando un organismo vivo distinto, que no existía antes en la naturaleza.


 


«Se está llegando a temas de ciencia ficción, a crear chanchos de color fosforescente, por ejemplo, es decir, podemos saltar las barreras entre los seres vivos, por ejemplo, ahora mismo, se ha introducido una hormona del hombre en la vaca para que produzca más leche. Como resultado tenemos un organismo vivo distinto, nuevo, que se llama transgénico, u organismo genéticamente modificado», dijo la experta.


 


Precisó que los organismos que actualmente están siendo modificados se refieren a la semilla del maíz transgénico, la soya transgénica y a la canola, fundamentalmente para que sean resistentes a insectos y ocasionar la muerte de los insectos cuando muerden sus hojas.


 


Asimismo, se las está haciendo resistentes a herbicidas, de tal manera que al aplicar un herbicida se mueren todas las malezas menos la planta transgénica.


 


Precisó que actualmente son muchas las modificaciones que se están realizando.  “Se está creando, por ejemplo, una papa destinada a crear una vacuna contra la hepatitis «B»; se está modificando la coca, el tabaco, incluso con distintas aplicaciones de carácter industrial» indicó.


 


Riesgos de los transgénicos


Precisó que todo ello implica nuevos riesgos a la salud y al medio ambiente cuyas consecuencias se verán con el tiempo, enfatizó la experta de la SPDA.


 


«Estamos introduciendo nuevos riesgos cuyas consecuencias aparecerán en el largo plazo,  y son riesgos a la salud en el tema de toxicología, en nuevas alergias para el ser humano, de resistencia a antibióticos, infertilidad, a parte que nos puede inducir a casos de cáncer», dijo.


 


Precisó que los principales productores de transgénicos son Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá, fundamentalmente con el cultivo de la soya resistente a herbicidas (60% de las plantaciones en el mundo) que normalmente va destinada al consumo animal; la segunda es el maíz resistente a insectos (14%).


 


Tras indicar que la soya es propiedad de la compañía Monsanto y el maíz transgénico de  la compañía Bayer, Lapeña  indicó que “estas nuevas ciencias son de propiedad privada, radican en manos de compañías que pueden permitirse realizar estas inversiones tan fuertes que requieren estas tecnologías, no estamos hablando de un mejoramiento convencional al que estamos acostumbrados, por universidades o institutos nacionales de investigación agraria, y eso hay que tenerlo en cuenta», enfatizó.


 


Bioseguridad


En ese sentido, alertó que el asunto de los transgénicos no está controlado por la ciencia.  “Es decir, se inserta un gen en un nuevo organismo pero este nuevo ser se interrelaciona con otros genes y esa relación otorga una serie de funciones determinadas que pueden no estar controladas, por lo que se requiere de un continuo estudio, de evaluaciones del riesgo, lo que se conoce como bioseguridad, seguridad de la tecnología”.


 


Agregó que tampoco se conocen las consecuencias, ni en la especie ni el territorio en que va a ser introducido, lo cual involucra necesariamente, problemas ambientales.


 


Por ello explicó que la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental considera positivo que se haya abierto el debate público sobre el ingreso de los transgénicos al país y que no se haya quedado en los expertos.


 


«El hablar de la introducción de transgénicos al país, no solo implica el tener estos impactos de los que hemos hablado, salud y medio ambiente, también tienen impactos socioeconómicos porque hay mercados que no admiten transgénicos», comentó.


 


Así, la calificación de «orgánico» implica que no tenga una composición transgénica, con lo cual se está hablando de «modos de vida del agricultor peruano», qué tipo de vida se quiere para el país, y esa pregunta no se puede dejar en manos de un grupo de expertos, sino que deber ser sometida a un debate público en el que se encuentre representado el agricultor, teniendo claro a quién beneficia, a quién perjudica, los riesgos y los costos que va a tener esta tecnología para el país.


 


En ese sentido, consideró que la decisión de permitir el ingreso de transgénicos al Perú es mucho más compleja que en otros países, “porque el Perú es un país megadiverso, centro de origen de semillas y de productos agrícolas y alimenticias para el mundo, con cuatro mil variedad de papa; el centro de origen del pallar, del zapallo, de los ajíes, lo cual no sucede en todos los países”.