ONU dividida por posible creación de fondo para ayudar a naciones pobres a afrontar cambio de clima

Las negociadores de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, para el cambio climático trataron hoy de romper el estancamiento sobre la creación de un nuevo fondo en el 2009 para ayudar a las naciones pobres a adaptarse a más inundaciones, más sequías y el aumento de nivel de los mares.


 


Según informa la agencia Reuters, la brecha entre ricos y pobres generó discordia en las conversaciones entre 189 naciones sobre el control de los pagos previstos en virtud del fondo de adaptación para ayudar a las naciones en vías de desarrollo a afrontar al calentamiento global, que podría llegar a unos 300 millones de dólares por año para el 2012.


 


Yvo de Boer, director de la Secretaría de la ONU para el Cambio Climático, dijo que era probable que los cerca de 100 ministros que llegarán el jueves para los dos últimos días de la reunión del 1 al 12 de diciembre tuvieran que resolver el punto muerto al que habían llegado sus negociadores.


 


De Boer quiere que el fondo comience a emitir pagos el año próximo, una decisión que en su opinión sería la «piedra angular» de las conversaciones actuales de Poznan, Polonia.


 


Es probable que adaptarse al cambio climático – por ejemplo reforzar las defensas contra el mar o desarrollar cultivos resistentes a las sequías – cueste decenas de miles de millones de dólares por año para el 2030.


 


El miércoles también se procuraba en las conversaciones poner fin a disputas sobre bosques, créditos para almacenar gases que atrapan el calor bajo tierra y financiamiento a las naciones pobres en virtud de un nuevo tratado para combatir el calentamiento global, cuya aprobación está prevista para fines del 2009.


 


La recesión económica pone a prueba la voluntad de muchas naciones de lanzar nuevos proyectos costosos para combatir el cambio climático, o de seguir adelante con mayores reducciones de los gases de efecto invernadero como parte del trato a acordar el año próximo en Copenhague.


 


Las naciones en vías de desarrollo de África, Asia y América latina quieren un rápido acceso a fondos para adaptarse, generados por un impuesto del dos por ciento a las inversiones en proyectos de energía limpia en las naciones en vías de desarrollo.


 


El Banco Mundial, que actúa como fiduciario del fondo de adaptación y donde prevalece la opinión de los gobiernos donantes ricos, dice que quiere asegurarse de que los pagos sean supervisados como corresponde.