El equipo multisectorial del Gobierno, liderado por el Ministerio de Cultura, evalúa la posibilidad de instalar un cerco alrededor de la comunidad Shipetiari, ubicada en la provincia del Manu, Madre de Dios, como una medida de seguridad ante futuras incursiones de indígenas no contactados, como la ocurrida el 1 de mayo, que derivó en la muerte de un comunero, se reveló hoy.
Paola Naccarato de Del Mastro, titular de la Dirección General de Derechos de los Pueblos Indígenas del Ministerio de Cultura, aclaró que esta solicitud hecha por la propia comunidad Shipetiari es estudiada como una de las posibilidades que buscar brindad seguridad a dicha población.
«Ellos han planteado cercar con el deseo de que su comunidad sea cercada con un cerco de metal, pero esa es una posibilidad», afirmó Naccarato en declaraciones a la Agencia Andina.
La funcionaria del Ministerio de Cultura mencionó igualmente la posibilidad de una evacuación temporal de la comunidad por una cuestión de emergencia y un tema netamente de seguridad, aunque descartó la reubicación de esta población de manera permanente.
«En realidad nosotros nunca hemos planteado a la comunidad que se reubique, que se vayan del lugar para ocupar otro territorio, eso es inviable porque la comunidad no quiere y porque no hay muchos espacios disponibles en estas zonas», explicó.
En otro momento, Naccarato calificó como muy complejo tratar de determinar cuáles son los derechos que deber ser respetados en la zona
«Ambos tipos de poblaciones, tanto los indígenas asentados en las comunidades como los indígenas aislados, tienen derechos. En estas circunstancias, por esta situación tan compleja en zonas tan alejadas, es bastante más difícil de lo que pensamos», manifestó.
Consideró muy difícil tratar de iniciar un estudio antropológico de los indígenas no contactados, teniendo en cuenta que se trata de un grupo humano que vive en situación de aislamiento.
«Es un sujeto de investigación complejo, aunque sí se está buscando cada vez más información y estamos conversando mucho con Brasil, porque de todas maneras estos pueblos tienen relación con los pueblos indígenas de la frontera, sobre todo con el estado de Acre», señaló.
Naccarato dijo que los investigadores están barajando una serie de hipótesis sobre las causas que estarían impulsando a estos indígenas no contactados a salir de su hábitat y acercarse a las poblaciones de la zona.
«Algunas, que son probablemente las más cercanas a la realidad, es que el cambio climático puede ser el cambio de la disponibilidad de los alimentos, de recursos naturales específicos», refirió.
Naccarato no descartó que esta situación podría estar generando algún tipo de movimientos internos al bosque y hacia la zona de playa de la margen izquierda del río Alto Madre de Dios (Parque Nacional del Manu) y en los límites de la comunidad indígena de Shipetiari.
Mencionó igualmente el caso de las actividades ilegales que actualmente depredan los bosques como la de los madereros.
«También cabe la posibilidad de que ellos se estén acercando más por un deseo de conocer. Pero todavía son acercamientos esporádicos. Ellos (los no contactados) no se acercan para quedarse en las comunidades. Se acercan porque hay alguna cosa que les interesa tener u obtener, como yuca, plátano, ollas, machetes», subrayó.
Reiteró que un equipo del Ministerio de Cultura realizan trabajos de campo en la zona de influencia de esas comunidades, en la búsqueda de soluciones de largo plazo que beneficie a todas las comunidades comprometidas en estos acercamientos.