Este año, la “Hora del Planeta” consiguió un nuevo récord de adhesiones, con casi 10 mil ciudades de 172 países que van desde Samoa a las Islas Cook, en el Pacífico, recorriendo así los 24 husos horarios.
En un gesto que va más allá de lo simbólico y que implica una cultura de compromiso frente al cambio climático, el último sábado entre las 8.30 y las 9.30 de la noche, cientos de ciudades de todas partes del mundo apagaron las luces de sus monumentos más emblemáticos, para llamar la atención sobre el problema del calentamiento global.
WWF, la organización ecologista que promueve este acto desde el año 2007, manifestó en un comunicado de prensa que “lo que comenzó hace nueve años como un acto simbólico en una ciudad, Sidney, apagando las luces de sus monumentos más emblemáticos para llamar la atención sobre el problema del cambio climático, se ha convertido en un movimiento mundial”.