Todo por el clima

Si la relación con el medio ambiente se rompe por la acción humana, las posibilidades de sufrir los efectos de tal atrevimiento son claras y muy costosas: lluvias torrenciales e inundaciones, sequías, plagas de insectos y hongos; y el temido cambio en el clima.

“Parecería que la madre naturaleza se ensaña periódicamente con nuestro país y los noticieros se llenan de notas de inundaciones, huaicos, casas y cultivos destruidos; y sufrimiento humano. Algunos de los desastres son de origen natural, como el fenómeno de El Niño, pero en muchos otros casos es la diligente mano del hombre la que ayuda… Y esto sí se puede corregir”, afirma José Álvarez, director general de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente (Minam).

Afirma que, por ejemplo, hay mucha responsabilidad nuestra en las inundaciones que afectan la región San Martín, donde la deforestación está prácticamente fuera de control, especialmente en cabeceras de cuenca, lo que constituye una gran parte del problema.

“Estudios del Senamhi en San Martín –donde la tala ilegal ha afectado más del 30% de los bosques- han demostrado la relación directa entre deforestación, aumento de temperaturas y reducción de las lluvias. Aunque las lluvias se reducen en términos anuales, hay una mayor concentración de lluvias torrenciales en ciertas épocas”, afirma el  representante del Minam.

Hoy se sabe que el bosque es la mejor defensa frente a extremos climáticos y la mejor herramienta para prevenir tanto sequías como inundaciones y huaicos; pues actúa como una esponja que protege el suelo, almacena y filtra el agua al subsuelo, y lo libera luego durante los meses más secos.

“Cortes de carretera en ceja de selva se podrían prevenir y ahorrar recursos públicos y sufrimiento a las personas si se controlase la deforestación en las laderas. Una ocupación ordenada del territorio a través de procesos de zonificación ecológica y económica consensuados entre todos los actores, y una vigilancia estricta para prevenir el tráfico de tierras y la construcción no planificada de carreteras, ayudaría a evitar mayores catástrofes y ahorrar recursos y sufrimiento a nuestro país”, puntualiza.

AÚN HAY TIEMPO

Para Karina Pinasco Vela, directora ejecutiva de la Asociación Amazónicos por la Amazonía (AMPA), siempre buscamos culpables y razones místicas para explicar los desastres causados por eventos climáticos predecibles y provocados por el cambio de clima.

En los andes tropicales -uno de los ecosistemas más vulnerables del planeta ante el cambio climático- el aumento de la temperatura será de hasta 3°C hasta 2046, según diversos estudios. Esa aceleración produce efectos drásticos en la biodiversidad y la presencia de plagas como la roya del café que tanto daño ha hecho a la economía regional y nacional.

“Está más que demostrado que el cambio de uso del suelo en un contexto de calentamiento global, empeora los efectos del cambio climático, siendo la causa de una extinción masiva de especies de la biodiversidad”, alerta la ecologista.

Pinasco Vela propone asumir nuestra responsabilidad y comprometernos a generar soluciones, como  trabajar en la recuperación de los bosques así como en la restauración multipropósito con fines de producción de madera, disminución de la erosión, aumento de la fertilidad y conservación de servicios ecosistémicos.

“Innovemos en nuestras propuestas de solución, apoyemos a consolidar las iniciativas de conservación nacionales, regionales, privadas y comunales para que las organizaciones de agricultores, rondas campesinas, comunidades indígenas, puedan lograr la autosostenibilidad de sus áreas, y éstas les puedan generar ingresos, para que los bosques en pie, manejados sosteniblemente por nuestra gente puedan convertiste en un canon importante que dinamiza la economía local”, aconseja.

Es necesario apostar de manera osada en la implementación de medidas de adaptación, entre ellas, la prevención de desastres, que no son naturales: son el resultado de la combinación de la vulnerabilidad física del territorio con la intervención humana.

BITÁCORA

El Instituto Nacional de Defensa Civil exhortó a la población para que establezcan un Sistema de Alerta Temprana ante situaciones de emergencia, usando silbatos, campanas, alarmas, sirenas o altoparlantes.

Indeci recomendó identificar rutas de evacuación hacia zonas altas, seguras y alejadas del cauce de los ríos; proteger y reforzar el techo de las viviendas, revisar las canaletas, y eliminar la acumulación de basura u otros materiales que puedan obstaculizar el drenaje.

En caso de emergencia por inundación, alejarse de los cables de energía eléctrica o torres de alta tensión, no cruzar ríos que hayan aumentado su caudal y mantenerse atentos a las recomendaciones de Defensa Civil.

Ocurrida la emergencia, debe avisarse a la Oficina de Defensa Civil de los gobiernos regionales y locales a fin de monitorear los daños que se puedan presentar y proporcionar ayuda humanitaria a los damnificados.

 

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