Los nueve adultos mayores nativos de las comunidades asháninkas de Saweto y Chambira en Ucayali que fueron identificados en una reciente expedición por comunidades del río Alto Tamaya, ya son usuarios de Pensión 65 y podrán cobrar la subvención bimestral que otorga el Estado tras la publicación del primer padrón de este año, de finales de este mes.
Los nativos asháninkas fueron registrados por personal de Pensión 65 en sus propias comunidades como resultado de una expedición multisectorial que recorrió a inicios de febrero las diversas comunidades asentadas en las riberas del río Alto Tamaya, hasta la frontera con Brasil.
La Comisión organizada por Pensión 65, programa social del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), estuvo integrada por el Reniec, el Programa Juntos, el Ministerio de Cultura y representantes de Aidesep/OARU.
El objetivo de la visita fue identificar a potenciales usuarios de los programas sociales del Midis, recoger sus declaraciones juradas, realizar su registro georreferenciado, orientar a las autoridades y organizaciones comunales sobre los procesos de Pensión 65, así como elaborar un diagnóstico situacional de las comunidades de Suaya, Tomajau, Chambira, California, Putaya y Saweto para articular servicios de calidad del Estado.
Como resultado de la expedición que llegó hasta Saweto en la frontera con Brasil, Pensión 65 identificó a 23 adultos mayores, de los cuales 14 no tenían DNI, por lo que el funcionario de RENIEC que participó en la expedición, procedió a tomarles sus huellas e iniciar el trámite para regularizar su documento de identificación para que puedan acceder al programa, informó el Midis a INFOREGIÓN.
PRIMER PAGO
Este viernes 27 de febrero Pensión 65 iniciará su primer pago del 2015 en todo el país tras la publicación del padrón que registra a 450,000 usuarios; en Ucayali se ha incrementado de 6654 usuarios a 7071 adultos mayores.
A partir de hoy se pagará a los usuarios del programa que cobran en las 452 agencias del Banco de la Nación en todo el país y posteriormente les tocará el turno a los usuarios que cobran a través de transportadoras de caudales, que llegan hasta las localidades que no cuentan con una oficina bancaria por su lejanía, difícil acceso, porque viven en zonas de frontera, en distritos calificados como extremo pobres o en localidades en las que existen comunidades nativas.