Tras ser sentenciado a nueve años y ocho meses de prisión, en una audiencia de lectura de sentencia a la que nunca asistió y sólo se hizo representar por su abogado, el ex lcalde Leoncio Prado, Pascual Guzmán Alfaro, pasó a la clandestinidad y su paradero es un misterio.
Guzmán Alfaro, fue sentenciado por el delito de colusión desleal agravada y omisión de actos funcionales; por el caso del frustrado proyecto de “Ampliación y mejoramiento integral del sistema de agua potable, alcantarillado y disposición final del distrito Rupa Rupa”.
Según sus vecinos de Castillo Grande, el exburgomaestre fue visto aún el domingo por la mañana en su vivienda, luego ya no se supo nada de él y algunos de sus más cercanos familiares. Pascual Guzmán se encuentra ahora en calidad de prófugo de la justicia y tiene en su contra una orden de captura.
La misma situación pasa con los también sentenciados a ocho años de prisión, ex funcionarios del primer año de gobierno de Pascual Guzmán, Juan Robles Cotillo, Roberto Olivas Flores, Alexander Espinoza Mendoza y Wilder Dávila Calderón.
Hasta el último fin de semana los tres primeros fueron vistos en Tingo María, en tanto que el cuarto ya no labora en esta jurisdicción. Tampoco se sabe del paradero del exregidor Aquiles Dávila Sánchez, quien fue condenado a cuatro años de prisión suspendida, en tanto que en Lima debería encontrarse Fátima Bernabel Pineda, gerente de Ale Contratistas, también sentenciada a ocho años.
Los comentarios están cerrados.