En la Institución Educativa 39017 de San Francisco, el cuidado del medio ambiente por medio del cultivo de plantas ornamentales se ha convertido en una actividad recreativa para los escolares que participan en la preparación de viveros de plantas y flores.
Hoy, los salones y patios de recreo de ese colegio lucen bellos y coloridos por la colocación de macetas y jardines multicolores.
«Cuando comenzamos a preparar nuestro vivero, nos dimos cuenta que la tierra no era buena. Tuvimos que ir hasta Kimbiri para traer tierra negra que es muy buena para el desarrollo de las plantas. Todos los niños participaron. Incluso los más pequeñines se animaron a cargar un kilo de tierra», relata Yeny Oballe, profesora y promotora ambiental de la escuela de San Francisco.
Oballe señala que esos trabajos han servido para sensibilizar a los escolares sobre la importancia de mantener su entorno limpio.
«Los niños saben que no deben botar la basura en el salón de clases, en la escuela o en la calle. Saben que el único lugar para la basura es el tacho», relata la promotora ambiental del colegio 39017.
La profesora Oballe señala que las enseñanzas a los escolares están también dirigidas a que en el futuro los alumnos sepan distinguir y seleccionar la basura orgánica de la inorgánica.
Entretanto, afirma que han creado un bio-huerto en el que han comenzado a sembrar rabanito, col, culantro y perejil.
«Ese proyecto lo estamos trabajando con los padres de familia y muchos de ellos lo están replicando en sus casas, con lo cual podrán mejorar el balance alimenticio de su familia, el mismo que actualmente es muy precario».