Con cerca de tres millones de soles se benefician cada año las poblaciones ubicadas en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional del Manu mediante el aprovechamiento de uno de los servicios ecosistémicos que otorga esta área natural protegida en los departamentos de Madre de Dios y Cusco.
El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), que tiene a cargo la administración del Parque, informó a INFOREGIÓN que dicho beneficio se obtiene gracias al arrastre de gigantes árboles maderables que durante esta época del año, por la temporada de lluvias, la población local adquiere del Río Manu para la construcción de botes que permiten su posterior comercialización.
Este proceso es un comportamiento natural en la cuenca amazónica peruana y su actividad es regulada y monitoreada por el Sernanp. El aumento de la erosión aluvial permite el aprovechamiento de maderas de alto valor comercial como el cedro, la caoba y la catahua, resaltó.
Esta madera es capturada entre el Puesto de Control Limonal y los límites del área natural protegida por la Asociación de Artesanos de Boca Manu, conformada por la comunidad nativa Isla de los Valles y la población de Boca Manu desde 1993.
Los miembros de esta asociación, siguiendo un sistema de turnos, realizan la “pesca” de las troncas que provee el río Manu, entre los meses con mayor precipitación pluvial.
Es así que durante el año 2014 se registró el aprovechamiento de 483,399.6 pies tablares, generando ingresos a las poblaciones de la zona de amortiguamiento del Parque por S/.2’764,267.40 nuevos soles mediante la comercialización del recurso maderable en los mercados de las principales ciudades de la zona como Cusco.
Esta actividad contribuyó a que más de 40 familias de las comunidades nativas de Isla de los Valles y Bocamanu tengan una oportunidad alternativa de desarrollo económico y social que les permite mejorar su calidad de vida.
El Parque Nacional del Manu provee de este recurso forestal a una población importante de la Reserva de Biosfera del Manu, como un claro ejemplo de que es posible la generación de actividades económicas sostenibles al interior y en la zona de amortiguamiento de las áreas naturales protegidas.
Es decir, se beneficia a los pobladores locales, y por consiguiente se obtiene aliados comprometidos en la conservación de la biodiversidad, recursos naturales y servicios ambientales que ofrece el área.