Un informe periodístico publicado por el diario La República, desnuda las enormes desigualdades sociales y económicas del distrito de Echarati, en el Cusco, considerado el más rico de nuestro país pues recibe ingentes cantidades de dinero por el canon del yacimiento gasífero de Camisea.
“El distrito más rico del país se llama Echarati, en el Cusco. Recibe entre 200 y 900 millones de soles anuales por canon gasífero; pero, como cruel paradoja, el 48% de sus habitantes son pobres y viven sin agua potable, ni desagüe y cocinan con leña por lo caro del gas. Y esto, pese a encontrarse en la zona del gas de Camisea”, destaca en un reportaje escrito por el periodista José Víctor Salcedo, enviado especial.
LLUVIA DE MILLONES
Desde hace diez años el municipio distrital de Echarati recibe entre 200 y 900 millones de soles anuales como presupuesto, gracias al canon que genera la explotación del gas de Camisea, pero casi la mitad de sus 44 mil habitantes (48,1%) vive en la pobreza, los niños padecen de desnutrición y anemia, y la mayoría no cuenta con servicios de agua potable y desagüe.
Los campesinos, en su mayoría, apenas logran cubrir su presupuesto alimenticio con lo obtenido en las faenas agrícolas, que empiezan a las 5 de la madrugada y culminan cuando se oculta el sol.
Para ellos, no hay programas de apoyo, asesoría técnica o financiamiento para modernizar su actividad de parte de las autoridades distritales. Para ellos, el canon no sirve de nada.
En Echarati, según La República, solo 484 familias poseen servicio de agua potable y otro grupo reducido tiene sistema de servicio de agua entubada que entró en funcionamiento hace apenas medio año.
A pesar de contar con los ingentes recursos, la ciudad carece de servicios básicos. Entre tanto, los alcaldes prefirieron construir una piscina temperada con toboganes y sistema de limpieza automático por más de 10 millones, y un local municipal de cinco pisos de igual precio.
De acuerdo a un reporte de la Red de Salud La Convención, la carencia de servicios básicos tiene como consecuencia una alta incidencia de parasitosis en los niños de Echarati.
Por ejemplo, el agua entubada, según dicha Red, no garantiza la calidad para consumo de los habitantes. Cuatro de cada diez niños sufren de problemas estomacales. La anemia también tiene alta incidencia.
Solo se puede destacar la construcción de carreteras y puentes que unen los siete centros poblados de Echarati, que permite una mayor facilidad de traslado, y el asfaltado de vías públicas en un radio de 3 kilómetros a la redonda de la capital distrital.
Acusaciones
La pobreza en Echarati también se traduce en el hecho de que la mayoría de familias siguen cocinando sus alimentos con leña, pese a que en este distrito cusqueño están las reservas del gas de Camisea. En 2010, el INEI reveló que el 90% de sus habitantes usaban leña en lugar de gas. Después de cuatro años la situación no ha cambiado.
Un balón de GLP de diez kilos puede llegar a costar hasta S/. 65. El combustible se encarece por el transporte desde las envasadoras en Lima, conforme va aproximándose a las comunidades cercanas al yacimiento del cual se extrae.
En cuanto a los últimos alcaldes, Elio Pro Herrera y José Ríos Álvarez, están perseguidos por la justicia. Hace dos semanas, el primero fue sentenciado a 9 años de prisión efectiva por haber favorecido a la empresa Mitsui en la compra de 17 maquinarias (colusión) por S/. 13.7 millones. El ex alcalde –sobre quien pesa otras investigaciones– está prófugo. Hay una orden de captura en su contra, reseña La República.
Sobre Ríos pesan graves acusaciones, según el reporte del diariio. Es investigado por peculado y colusión, por haber alquilado maquinaria pesada a un empresario, sin licitación y por un monto superior al medio millón de soles. Lo grave es que hizo la licitación cuatro meses después del contrato. También por un supuesto acto de favorecimiento a un consorcio para construir un colegio.
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