Los fines de semana solía pasarlos en Cañete con don Hilario Crisanto, su padre y mejor amigo, quien lo vio morir desangrado la noche del domingo último. El periodista Fernando Raymondi Uribe (21) fue asesinado en esa convulsionada provincia limeña por dos delincuentes que lo balearon a quemarropa porque los enfrentó, sin miedo, para impedir que robaran la bodega de su progenitor.
Fernando sufrió lesiones perforantes en el pecho. No resistió y expiró cuando ingresaba al área de emergencias del hospital Rezola de Cañete.
Los sujetos que lo atacaron al final escaparon sin concretar el robo en la bodega ubicada en la avenida 28 de Julio 395, distrito de San Vicente.
«Ya íbamos a cerrar la tienda. Mi hijo debía retornar a Lima, trabajaba en la revista Caretas, era un chico talentoso», contó Hilario Crisanto, el abrumado padre.
Peritos forenses comprobaron después que el joven periodista recibió dos proyectiles percutados con armas calibre 9 milímetros.
Raymondi Uribe cursaba el último año en la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Martín de Porres. «En diciembre próximo iba a graduarse», recordaron desconsolados sus familiares.
Testigos aseguraron que los asesinos llegaron a la tienda y, luego, escaparon en una motocar de la marca Bajaj o también conocida como ‘Torito’.
Un equipo especial de la Dirección de Investigación Criminal de Lima viajó a Cañete para asumir las pesquisas del caso.
Compañeros de la universidad San Martín contaron que Fernando se inició como practicante en el archivo de la revista Caretas y luego pasó a trabajar en la Unidad de Investigación de ese medio.
Uno de sus últimos artículos fue La Barbarie, que narra el violento y trágico desalojo en Cajamarca que culminó con la muerte de un mecánico, padre de 7 jóvenes. También escribió la crónica Amor a la Chiclayana.
Fernando era hijo único de don Hilario Crisanto. Hoy, a las 3 de la tarde, será sepultado en el Cementerio General de San Vicente.
La inseguridad que se vive en Cañete es preocupante. Ayer se supo que la policía de esa ciudad detuvo al extorsionador Magalino Ucharima Tueroconza, quien cayó con tres cómplices. El grupo se dedicaba a cobrar cupos a empresas constructoras. Las capturas fueron ejecutadas por agentes comandados por el coronel PNP José Saavedra Ballón.
EN TRUJILLO
Sicarios vinculados a construcción civil asesinaron a balazos en la ciudad de Trujillo al albañil Andy Wagner Quezada Ponce (19) e hirieron a una niña de 10 años, quien transitaba por el lugar del tiroteo.
La menor de iniciales E. A. C. recibió un balazo en la pierna izquierda que le comprometió la arteria femoral. Su situación es grave (Alexi Velásquez/ La República).