(Corresponsal).- Los líderes de las comunidades asentadas en la provincia de Ayabaca aseguraron que se mantendrán abiertos al diálogo, pero a partir del lunes 17 de setiembre, es decir, recién al día siguiente de la convocatoria y cuando, según sus propios pronósticos, haya ganado abrumadoramente la opción por el NO, en contra de la actividad minera y sus probables perjuicios en la paupérrima región.
“Estaremos dispuestos al diálogo, pero respetando la decisión de las comunidades” –que rechazan la inversión-, expresó Magdiel Carrión, presidente de la Federación Provincial de Comunidades Campesinas de Ayabaca, quien insistió en considerar que la cita del domingo es democrática, pese a que los simpatizantes por el SÍ no se harán presentes ante el clima de tensión existente en la zona.
Entrevistado en plena faena de trabajo junto a otros activistas que alistaban afiches y volantes tipo *mosquito*, el dirigente aclaró que su entidad agrupa a 76 comunidades y 18 predios, que en conjunto significan unos 18 mil votantes. Sin embargo, señaló que en realidad son millones las personas que apoyarán su posición en contra de la minera Majaz, al incluir a las familias de toda la región Piura.
Alternativas en discusión
Carrión señaló el abandono del Estado como una de las principales razones de la situación de postración de la población campesina, que según cifras oficiales mantiene un 97% de pobreza, abundantes casos de analfabetismo, problemas de salud y, sobre todo, de comunicación debido a la distancia.
Los comuneros se enteran de las noticias por boca de sus dirigentes o por algunas radios de Ayabaca, y es casi imposible encontrar un periódico regional más allá de esta ciudad.
Sin embargo, el ecoturismo, la agricultura y la ganadería son consideradas como opciones para el desarrollo de esa atrasada región, aunque aún no se puede hablar de una oferta exportable, salvo algunas experiencias muy focalizadas de producción de café orgánico.
«Se está tratando de avanzar a nivel internacional», admitió Carrión, resumiendo una modesta carta de presentación que incluye el limón, el arroz, la panela y el bocadillo, un fruto obtenido a partir de la caña de azúcar que es poco conocido más allá de esta zona. Por ahora, la población se mantiene a través de una agricultura de subsistencia.
Niegan amenazas
A su turno, Pascual Rosales, presidente del Comité Ejecutivo Provincial de Rondas Campesinas de Ayabaca, sede Hualcuy, negó las acusaciones en el sentido de que los comuneros bajo su mando mantienen a los demás pobladores bajo un estado de presión y amenaza, y que quien se opone al NO es impedido de ingresar a la zona.
«Desconozco cuál es la denuncia. En mis rondas no se ha dado ese caso», adujo, y señaló que todas las rondas trabajaban coordinadamente bajo su presidencia. Respecto a las medidas de seguridad en el proceso, Rosales anunció que las propias rondas se encargarán de cuidar el perímetro de Ayabaca.
El dirigente reconoció que las comunidades estaban abandonadas. «No tenemos salud, no tenemos postas médicas, nadie se ha preocupado por el desarrollo de la educación», señaló. Agregó que ante esta realidad, las rondas campesinas se habían levantado para reclamar por sus derechos. C