La intención de los narcoterroristas de detener la erradicación de la hoja de coca en el Alto Huallaga no cesa. Casi a diario, miembros del Proyecto Especial de Control y Reducción de los cultivos de Coca en el Alto Huallaga (CORAH) se ‘tropiezan’ con las minas caseras instaladas por sicarios del terror, quienes cobran por cada explosivo entre US$ 50 y US$ 100 dólares americanos.
La utilización de equipos de protección personal y de novedosas herramientas de erradicación como el desraizador telescopio, permiten que las detonaciones que continuamente se registran en los cocales minados, no generen mayores daños físicos al personal del CORAH, pero los numerosos artefactos explosivos colocados en los cultivos de cocales, como en el distrito de Pólvora, por ejemplo, han logrado retrasar las labores normales de los trabajos de erradicación.
En ese sentido, se informó que el pasado fin de semana se destruyó 42 hectáreas de hoja de coca ilegal, una cifra menor respecto de otras jornadas de erradicación..
Asimismo, se informó que el día 8 de septiembre, la Policía Antidrogas ubicó y destruyó un laboratorio rústico de procesamiento de pasta básica de cocaína (PBC) de 12 metros de largo por 3 metros de ancho, además de 4 bimbos conteniendo 25 galones de kerosene cada uno y 2 mil kilos de detritus, que finalmente fueron incinerados.