El deslinde con el narcotráfico expresado por los dirigentes cocaleros del valle del Monzón, en una Audiencia Pública organizada en Huánuco, fue considerado como ridículo por el analista Rubén Vargas, pues se sabe muy bien que esta zona es la principal abastecedora de hoja de coca para las drogas.
Según datos de las Naciones Unidas, en el Monzón se cultivan alrededor de 11 mil hectáreas de coca ilegal, pero apenas una mínima cantidad es comprada por la Empresa Nacional de la Coca (ENACO). La gran diferencia, calculada en casi un 99%, se va directamente a los laboratorios para la elaboración de pasta básica de cocaína (PBC).
Los dirigentes cocaleros no tienen autoridad moral que respalde sus afirmaciones pues saben muy bien que en ese territorio no existe presencia del Estado. Los campesinos, impulsados por las mafias, ahuyentaron los programas de desarrollo alternativo de la cooperación internacional y expulsaron a los destacamentos policiales. Ahora, impera una ley de la selva y abundan los alijos de droga en el lugar.
Por eso, urge que las autoridades se hagan presentes en ese valle cocalero, se necesita contar con cooperación internacional que ayude a financiar las operaciones antidrogas y a recuperar el principio de autoridad. Vargas también puntualizó que es momento de que el Frente Policial Huallaga instale una comisaría en la zona para que vea los temas de producción de drogas y el abastecimiento de insumos químicos.