Castañas con valor agregado (*)

A 30 minutos de Puerto Maldonado se encuentra la comunidad nativa Tres islas. Compuesta por las etnias Shipibo-Conibo y Ese’eja, la comunidad guarda un precioso tesoro en sus prístinos bosques: la castaña.

La generosidad del bosque de Madre de Dios brinda a esta comunidad numerosos recursos como lagos, ríos, y colpas frecuentadas por gran variedad de animales como mamíferos y aves. Y en ese ambiente paradisíaco crece el castaño, árbol emblemático de donde extraen la nuez que es comercializada en los mercados locales y nacionales.

Juana Payaba Cachique, dirigente de la comunidad, recuerda el origen de lo que hoy es la empresa comunal a la que pertenece, aquella que les ha permitido, junto con las comunidades de Boca Pariamanu, Sonene y Palma Real, contar por las noches nuevas historias a sus hijos y a sus nietos.

Y hoy, con el apoyo de Rainforest Alliance, han logrado darle valor agregado al preciado fruto. “Siempre hemos cosechado castaña, pero recién ahora hacemos confitados y aceite de castaña en diferentes sabores, que trabajamos las señoras en la comunidad”, dice Juana.

Martín Huaypuma Flores, presidente de la Asociación Forestal Indígena de Madre de Dios (AFIMAD), refiere que la asociación se creó hace seis años y agrupa a diez comunidades nativas, de las cuales cuatro son castañeras, y con ellas trabajan la certificación orgánica, al comercio justo y ahora -en la comunidad de Tres Islas- el valor agregado del producto.

Uno de los objetivos de la asociación es eliminar a los comerciantes intermediarios que encarecen los costos, “por eso trabajamos directamente con Candela Perú, que nos compra directamente y es donde se procesa la castaña y también se vende al extranjero”, sostiene Huaypuma Flores.

Los comuneros buscan aprovechar al máximo las riquezas que ofrece el bosque. Utilizan la madera, las semillas, las hojas; y diversos frutos como el ungurahui, copaiba y castaña, para elaborar snacks, aceite de castaña, aceite de ungurahui (totalmente innovador); y  aceite de copaiba, “que es maravilloso porque tiene un poder cicatrizante y no existe en otra parte del país”, según Martín.

CONCIENCIA AMBIENTAL

“Cada hermano indígena en Madre de Dios sabe perfectamente cómo tiene que trabajar de acuerdo con el medio ambiente, manejando la basura, y sacando nuestros productos pero pensando en el cuidado de nuestro medio ambiente”, precisa el presidente de AFIMAD.

La actividad castañera viene de sus antepasados. “A través de nuestros aliados como Rainforest Alliance y AFIMAD, impulsamos el mantenimiento y la reforestación, la conservación del medio ambiente y especialmente de la castaña, todo está manejado, hay un programa especial que nos ayuda”, sostiene Lucio Figueroa Villar, socio de AFIMAD y vicepresidente de la comunidad.

Un nuevo sueño de los castañeros es que los peruanos conozcamos y consumamos este fruto maravilloso, pues generalmente es exportado a Europa y Asia. Hoy cuentan con una planta para procesar la castaña. Ahora necesitan financiamiento para ponerla en marcha y vender una castaña de mejor calidad. De conseguirlo, será una excelente oportunidad para mejorar las condiciones de vida e incrementar los ingresos de las comunidades nativas de Madre de Dios.

DATO

Una representación de la comunidad  participó en la Expoamazonas 2014, gracias al apoyo que brinda Rainforest Alliance, a través de la Iniciativa para la Conservación de la Amazonía Andina (ICAA), apoyada por USAID.

La habilidad de las mujeres Ese’eja de la comunidad nativa Palma Real estuvo presente en la Feria con una variedad de artesanías tejidas con fibras de palmera de tamshi.

Mientras que la comunidad de Tres Islas mostró un aceite de castaña rico en grasas no saturadas, con efecto antioxidante.

(*) Artículo publicado en el No.5 de la revista InfoRegión.

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