Los cadáveres de Raúl Paulino Cabrera, de 29 años, y Delfín Machuca Rojas, de 32, con impactos de bala en la cabeza, fueron hallados en el paraje de San Francisco, a un kilómetro de la ciudad de Aucayacu, elevándose a cuatro el número de asesinatos producidos en el Huallaga en las últimas 72 horas.
Según fuentes policiales, los crímenes podrían responder a un ajuste de cuentas del narcoterrorismo contra algunos de sus ex colaboradores, quienes habrían denunciado sus actividades ilegales ante la justicia.
Esta versión cobra más fuerza, según las autoridades, al saberse por boca de la propia población que un tal ‘camarada Jonás’ bajó del monte hacia la zona para amenazar a los fallecidos.
Los hechos de sangre han estremecido aún más a la región, que ya había mostrado alarma cuando el pasado martes 21 se encontraron los primeros dos cuerpos descuartizados en la zona de San Juan de Tulumayo, en el distrito Padre Felipe Luyando, a dos horas de Tingo María.
En este caso, los desdichados registraban impactos de arma de fuego en la cabeza, pero no tenían ni pies ni manos, aparentemente seccionados por el filo de un hacha. Hoy se supo que como no fue posible identificarlos, la Fiscal Elia Garay ordenó su sepultura en una fosa común del cementerio de la capital de la provincia de Leoncio Prado.