El presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el hindú Rajendra Pachauri, ganador del Premio Nobel de la Paz junto con el ex vicepresidente norteamericano Al Gore, planteó expropiar las selvas de la amazonía porque son las mayores fuentes naturales para la captación de carbono en el mundo.
Según consigna la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el medio Ambiente, PNUMA, a partir de un despacho de Argenpress, Pachauri reclamó a todas las naciones tener políticas claras y un acuerdo internacional para garantizar que la protección forestal pueda aumentar en el mundo y contrarrestar el cambio climático que ya estamos viviendo.
Con su propuesta, Pachauri reabrió una vieja polémica abierta en los foros internacionales luego de que la ex Primera Ministra socialista noruega Gro Harlem Brundtland propusiera someter a la amazonía a una autoridad ecológica internacional dependiente del Consejo de Seguridad de la ONU, propuesta que fue de inmediato acogida con beneplácito por el Grupo de los Siete, que reúne a los países más industrializados del mundo, que solicitaron que se considere a la región amazónica una «herencia de la humanidad».
Frente a la propuesta de Pachauri, el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, respondió de inmediato que la soberanía sobre el amazonas es innegociable y dejó bien claro que «al amazonas lo vamos a cuidar los brasileros porque es una cuestión nuestra».
Frente a ello, la reacción de los países amazónicos ha sido ambivalente. En el campo político, la diplomacia brasileña, así como la venezolana, han concedido muchos espacios y no se vislumbran acciones en común con los otros países amazónicos: Perú, Ecuador y Colombia, en un marco de incremento acelerado de la deforestación en la zona.
En el plano militar, Brasil ha articulado un Plan Estratégico de Defensa Nacional que pretende desarrollar la amazonía y que ha implicado dotación de logística y de inteligencia en la amazonía en la triple frontera con Colombia y Perú, el Sistema de Inteligencia Electrónica, SIVAM, para el control amazónico, así como un acercamiento con las Fuerzas Armadas de Venezuela para juntar un potencial militar convencional de envergadura.