En casa de herrero…Cuchara de palo. Como si se tratara de una mala broma o de algún antiguo adagio, en algunos caseríos del distrito de Curimaná, zona rica en producción gasífera, el balón de gas cuesta hasta 40 soles.
Tuvo que llegar el humo de las bombas lacrimógenas hasta el despacho del primer ministro, para que el Ejecutivo reaccionara y enviara una comisión a Aguaytía a negociar el levantamiento de la huelga indefinida en el que estaban empeñados los ucayalinos, exigiendo la masificación el gas en la región.
Ya desde el primero de abril se habían dejado sentir las protestas , cuando los pobladores tomaron las calles para reclamar al gobierno se les incluya en la masificación del gas, proyecto que fue diseñado inicialmente para beneficiar a la población de Pucallpa, capital de la región, pero dejando de lado a los pueblos que se encuentran dentro de la zona de explotación, dentro de ellos Curimaná, distrito de Padre Abad, en donde un alto porcentaje de su población vive en pobreza y pobreza extrema.
Desde marzo de 1994, las empresas Maple Gas Corporation -primero- y luego Aguaytía Energy, han venido explotando los yacimientos gasíferos que se encuentran en el Lote 31C, recurso natural que les ha permitido producir y vender gasolina, energía eléctrica y gas licuado de petróleo (GLP).
Sus ganancias anuales han sido fabulosas en comparación con la regalías que han venido pagando y gracias a los contratos leoninos y desventajosos que firmaron con Perúpetro.
Y mientras Aguaytía Energy se promocionaba a nivel internacional como una empresa con responsabilidad social y comercializaba energía eléctrica a Paramonga; los pueblos de Padre Abad vivían en tinieblas.
Levantada la huelga e instalada la Mesa Técnica, uno de los acuerdos fue incluir a los pueblos de la provincia de Padre Abad en los estudios de masificación del gas, pero además los dirigentes están pidiendo que no se prorrogue los contratos de explotación que tiene Aguaytía Energy con el Estado, y, en tanto se ejecute el proyecto de masificación, se evalúe la posibilidad de vender el GLP al menudeo y a menor precio del que pagan actualmente las amas de casa. Mínimo ¿no? (InfoRegión).