Una inversión superior a los 7,000 millones de dólares espera la región Amazonas a partir de la construcción de cinco grandes centrales hidroeléctricas, informó José Arista, presidente del Gobierno Regional.
Arista precisó que dos de estas centrales hidroeléctricas, la de Chadín II y Cumba IV, ya cuentan con el permiso del Ministerio de Energía y Minas (Minem) para iniciar la construcción inmediata, con un presupuesto de 4,000 millones de dólares.
En declaraciones a la Agencia Andina, informó que la de Chadín II comenzará a ejecutarse en unos 3 meses, mientras que la Cumba IV se iniciará en 7 meses. En cada una de estas centrales hidroeléctricas, que se ubican sobre el río Marañón, se demorarían unos 5 años.
La autoridad regional afirmó que la central Chadin II será construida por la empresa Odebrecht (a través de la empresa AC Energía), la cual cuenta con todos los permisos y licencias, en tanto que el otro proyecto estará a cargo de Marañón Energía.
Asimismo indicó que hay otras tres centrales hidroeléctricas que se encuentran en etapa de estudio y que comenzarán a ser construidas en el año 2018, con una inversión superior a los 3,000 millones de dólares.
Tal es el caso de la central hidroeléctrica del Tingo que sería construida sobre el río Utcubamba y que produciría alrededor de 400 megavatios. “Otra está en el río Grande, que está sobre el río Marañón en la zona que limita con Cajamarca», detalló.
Igualmente, informó haber recibido la visita de ejecutivos de una empresa brasileña interesada en iniciar los estudios para construir otra central hidroeléctrica sobre el río Marañón a unos 10 kilómetros de la ciudad de Bagua.
«De prosperar estas hidroeléctricas estamos hablando de otro equivalente de 3,000 a 4,000 millones de dólares. Es por eso que la región Amazonas tiene un futuro espectacular con toda esta inversión», anotó.
El titular regional resaltó además que estos megaproyectos permitirán generan más de 8,000 puestos de trabajo directo e indirecto y que Amazonas va a pasar a ser una región que deje de depender de la venta de productos agrícolas para convertirse en vendedora de energía.
«De esta manera el nivel de empleo, de ocupación y de producción regional va a ser mucho más sostenible y no vamos a depender tanto de la fluctuación de los productos básicos internacionales o de las plagas como la roya que ha destruido el 70 por ciento de los cafetales», aseveró.