La banda de los ‘narcopolicías’ del Departamento de Requisitorias del Aeropuerto Jorge Chávez resultó tener conexiones en las más altas esferas. Los hallazgos en la investigación de la Segunda Fiscalía Antidrogas del Callao, FETID-Callao, son reveladores.
El 8 de abril pasado fue detenido el burrier mexicano Sergio Muñoz Reyes con casi 13 kilos de cocaína cuando estaba a punto de abordar un avión a su país.
Confesó que la maleta con droga le fue entregada por los suboficiales PNP Miguel Bernaola, Pedro Jayo y Jorge Patiño, quienes guardaban la cocaína en la propia Oficina de Requisitorias del aeropuerto (CARETAS 2331).
La fiscal Edith Hernández decomisó los celulares de estos agentes y entonces saltó la liebre. En el celular 994635979, perteneciente al detenido Bernaola, fueron encontrados 3 mensajes que envió por WhatsApp al número 987970180.
El primero data del 27 de septiembre del 2013: ‘‘No se olvide mandarme, para que me presente a las 8 a.m.’’.
En el siguiente, del 13 de enero de este año, se lee: ‘‘Cte. Infante Castro Charles Wilfredo cip 221797 y su cambio debe salir como jefe del DPRQ-AIJCH-DIREICAJ-PNP-DIRAP JUS DIVREQ’’.
El tercer mensaje es del 2 de marzo. Bernaola escribió: ‘‘El 6 tiene examen y entrevista’’.
El número al que Bernaola envió estos tres mensajes le pertenece al coronel Erick Méndez Figueroa, quien es –nada menos– secretario administrativo del director de la Policía, general Jorge Flores.
La fiscal Hernández cree que, a través del segundo mensaje, Bernaola le estaba pidiendo a Méndez que nombre a Wilfredo Infante como jefe de Requisitorias. Sospecha que si esto ocurría, podían traficar sin problemas.
Según fuentes policiales, el cambio de Infante al aeropuerto estaba previsto para fines de abril, pero la banda de los narcopolicías cayó antes.
VIEJOS CONOCIDOS
‘‘Es quizá uno de los mejores efectivos que tuve’’, declaró el coronel Méndez a Caretas con respecto a Bernaola, quien afronta un proceso por tráfico de drogas.
El coronel Méndez y el brigadier Bernaola se conocieron en el 2007, en Cañete, cuando el primero fue nombrado como comandante del Departamento de Investigación Criminal y Apoyo a la Justicia y el segundo cumplió funciones de investigador.
‘‘Yo realmente estoy consternado por esto. Ese muchacho fue ascendido por dos acciones distinguidas’’, lo defendió.
Méndez admitió haber recibido los mensajes del detenido Bernaola, pero sostuvo que “como secretario del general, todo el tiempo recibo este tipo de pedidos y no les tomo importancia’’.
Sin embargo, el actual comisario de Carabayllo, comandante Wilfredo Infante Castro, a quien Bernaola quería en Requisitorias, expresó que Méndez sí estaba al tanto del pedido de Bernaola sobre la jefatura de Requisitorias.
‘‘Recuerdo que tuve una conversación telefónica con el coronel Méndez este año, quien en ese momento me refirió que no estaba bajo su potestad ese nombramiento’’, declaró Castro a esta revista.
Además relató que conoció a Bernaola en el 2012 cuando trabajaba en la Dirincri de Cañete y también a Méndez cuando a veces visitaba esta dependencia policial.
Explicó que el pedido para el nombramiento en la jefatura de Requisitorias del aeropuerto fue una iniciativa del propio Bernaola, cuando Infante le refirió, en diciembre del año pasado, que deseaba volver a trabajar en Lima.
Para la Fiscalía del Callao, la relación entre Bernaola y Méndez es más cercana de lo que el coronel acepta.
‘‘Es usual que los amigos que se hacen dentro de la Policía se pidan favores menores, pero este mensaje del WhatsApp ya es otra cosa’’, dijo un agente antidrogas bien enterado del caso.
Es revelador que Bernaola apostara por Castro Infante para que sea el jefe de su sección, cuya oficina se usaría durante meses para acondicionar y ocultar decenas de kilos de droga.
NO ERA EL ÚNICO
Por lo pronto, el Poder Judicial y la Dirandro continúan con las pesquisas para determinar qué otros policías que laboraban en el aeropuerto fueron cómplices de la organización.
Caretas pudo conocer que Sergio Muñoz, el mexicano atrapado con 13 kilos de cocaína, y que sindicaría posteriormente a los policías detenidos, reveló haber conocido a otros 3 burriers en una habitación del Hotel Luna Azul, en San Martín de Porres.
Se sabe que uno de ellos, identificado como ‘‘Agustín’’, fue detenido el 14 de marzo en el D.F. luego de llegar por vuelo de Avianca con 10 kilos de cocaína.
Los otros dos burriers (‘‘Raúl’’ y ‘‘José’’), no habrían podido viajar luego de que el escándalo de los narcopolicías fuera revelado por CARETAS.
Todos fueron contactados por un mexicano conocido como ‘‘Marcos’’, quien pertenecería al Cártel de Tijuana.
Si bien el coronel y el comandante de la Policía aludidos niegan toda responsabilidad, es más que preocupante que un hombre bastante cercano al propio director general de la Policía guarde tanta familiaridad con un agente aliado del narcotráfico.
Esta situación no solo denota la facilidad con que los poderosos cárteles mexicanos y colombianos se podrían infiltrar en las instituciones peruanas para conseguir impunidad, sino el poco interés por resguardar algo tan delicado como las salidas y llegadas internacionales.
Una rápida revisión del legajo de Bernaola García da cuenta que su récord disciplinario incluye 10 faltas graves, lo que lo debería haber descartado para ser responsable de la última dependencia policial antes del abordaje, en un aeropuerto donde toneladas de droga se le escapan anualmente a la Policía de las manos.
El ministro del Interior, Walter Albán, fue puesto al tanto de lo ocurrido por reporteros de esta revista y el martes por la noche anunció que el coronel Méndez sería relevado de sus funciones y “puesto a disposición” hasta que culminen las investigaciones. (Ricardo Velazco).