“No hay conflicto entre explotación minera y de hidrocarburos”

Imaginemos que en alguna parte de la selva tengamos la sensación que hay una gran riqueza por explotar. La primera pregunta que deberíamos formularnos es ¿queremos hacer eso? Si es que queremos y la respuesta es mayoritariamente aprobatoria, la segunda pregunta es ¿tenemos la tecnología suficiente para hacer el trabajo que se quiere desarrollar ahí, sin impactar o impactando de la menor manera posible?

Para Anthony Laub Benavides, especialista en derecho energético y socio de Laub & Quijandría Consultores y Abogados, lo que seguiría a estas formulaciones es la constatación que es posible realizar un proyecto de tal magnitud que favorecería no solo a alunas regiones de la Amazonía, sino a todo el país.

“Si la respuesta es sí, creo que la decisión está ahí, porque eventualmente traerá más beneficios que prejuicios”, señala.

Para el especialista el punto de partida es el reconocimiento que toda actividad humana impacta, sea la actividad que hagamos, desde caminar o cuando utilizamos un vehículo para movilizarnos, desde sembrar una pequeña chacra hasta tener una industria o un comercio.

“Lo que tenemos que cuidar es que si vamos a realizar una actividad nueva en un área determinada que merece protección, es ver primero si es que las actividades son compatibles, si lo son, hay que verificar que esa compatibilidad no sea rota con una mala práctica, y si es que hubiera una mala práctica hay que tener las herramientas necesarias para corregirla y suspender las actividades de manera inmediata”, comenta.

“Lo que no puede pasar es que nos vendan la falsa idea que todas las actividades extractivas per se, son sucias, contaminantes, son malas, eso no es verdad, eso no es cierto. Camisea es un claro ejemplo de cómo es que una actividad extractiva es un proyecto altamente exitoso, con un impacto sumamente positivo en todo el país, no solamente en la zona en donde está”, refiere.

Según señala, ese término famoso que es la sostenibilidad significa que el negocio tiene que ser lo suficientemente bueno para todos a lo largo de la ejecución del proyecto, “nadie gana si es un proyecto que se explota rápidamente o se hace de una manera poco profesional, o sin seguir los lineamientos de los estándares técnicos ambientales”.

MINERÍA Y GAS
Laub Benavides es un convencido que no hay conflicto entre la explotación minera y de hidrocarburos, “porque una zona que tiene potencial minero, a la vez puede tener potencial hidrocarburífero, o geotérmico, o de algún otro recurso natural que esté en el subsuelo, es decir, nada impide que si alguien sale a buscar petróleo, otro vaya a buscar mineral u otros recursos, no hay impedimento alguno con eso”, comenta.

“Mientras se haga de manera profesional, respetando las normas ambientales, códigos sociales mínimos, con técnicas probadas, no va a haber impacto negativo en el ambiente ni en la sociedad”, refiere.

“De lo que estamos hablando aquí es de la posibilidad que organizaciones que son formales sean las que den la cara y desarrollen actividades que por naturaleza tienen que ser y son altamente reguladas, como son las actividades extractivas”, concluyó.

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