Marihuana: Prendió el Debate

Según cifras de Cedro, en el Perú 941,602 personas han probado marihuana por lo menos una vez en su vida. Noventa mil de ellos son adictos. El pasado diciembre, Uruguay se coronó como el primer país del continente en regir la ley para la producción y comercialización de la marihuana, a lo que Alejandro Vassilaqui, director ejecutivo de Cedro, responde: “Mujica fumó la marihuana antigua cuando estaba en la cárcel. No conoce la de ahora”. Entonces, que empiece el debate.

CANABIS: LA DROGA DE INICIO

Los efectos nocivos de la marihuana ya se conocen: deterioro cognitivo, ansiedad y crisis de pánico, depresión, aumento del ritmo cardiaco, disminución de hormonas sexuales. Según Alejandro Vassilaqui, en el hospital de la Universidad de Dusseldorf de Alemania ya se han encontrado dos casos de muerte con intoxicación canábica. “Cuando hay una enfermedad preexistente se duplica el riesgo de muerte súbita. La esquizofrenia también se activa con el cannabis”. Lo que pasa es que la marihuana de los años 70 no es la misma de la actualidad. Según Milton Rojas, coordinador de Cedro, “el thc de las nuevas marihuanas tienen entre 30 y 40% de potencia”. Por ejemplo, el monitoreo sistemático de la potencia de la marihuana ha llegado a determinar calidades de thc de hasta 34% en Oregon, EE.UU. Concluyen ambos que “se puede morir en 24 horas por intoxicación”.

Teniendo en cuenta que en Cusco un 9,7% de personas han probado por lo menos una vez marihuana y en Lima, en segundo lugar de la lista, un 8,9%, según un estudio presentado en el 2014 en Cedro, donde le siguen Tingo María con 7,2% y Arequipa y Tacna, ¿podría hablarse de un proceso de legalización en el país? “Aquí el 96% de la población está en contra de la legalización. La marihuana es más cancerígena que el tabaco”, denuncia Vassilaqui. Y, prosigue, “a Holanda ya ni la mencionan desde que desde el 2004 tiene una regulación cada vez mayor porque reconoció ante la JIFE que el uso de la marihuana no era inocuo y en el 2011 la clasificó dentro de las llamadas drogas duras”. Pero, he aquí un dato interesante: según un informe del Observatorio de Drogas de Europa “la tendencia de los consumidores que inician tratamiento por primera vez tiene a los holandeses liderando la lista con 60 mil adictos”, según informa Rojas.

Entonces, ¿en el Perú qué cantidad de adictos buscan ayuda? con respecto a las cifras de Cedro, entre 1999 y 2011, fueron 3,800 hombres y 537 mujeres (4,253 de Lima, 79 de provincia y 9 del extranjero) los que han demandado tratamiento por marihuana cuyo consumo, como afirma Vassilaqui, “es entre 250 y 300% mayor que la cocaína en el país”. Las edades más vulnerables: de 16 a 20; las menos, de 36 para arriba. “No se habla de legalización sino de despenalización. Si se legaliza subirían índices de accidentes y criminalidad, pero no se debe penalizar a un adicto porque las cárceles no son lugares para tratar a un enfermo”, concluye Vassilaqui.

MARIHUANA: NO FUMAR, COMER

El polémico doctor Teobaldo Llosa cuenta que a muchos de sus pacientes la marihuana los relaja. “Pero la marihuana no es relajante, es alucinógena”, afirma. Él apuntaría, entonces, a practicar una técnica de relajación para que no necesiten fumar y “aunque no lo autorice legalmente, mis pacientes tienen la libertad de hacerlo”. Confiesa que no le recomendaría que se interne a ninguno de ellos. “No me parece condenable que un joven fume marihuana, pero si necesita de eso para poder divertirse es porque algo le está faltando”. “Si es que alguien sufre de migraña y nada le funciona, mejor el peor de los remedios que ninguno. No voy a ser más papista que el Papa”. ¿Y si usted la sufriera fumaría? “No, porque primero puede calmarme pero luego me podría dar un enfisema”. Sin embargo, revela que si algún día saliera una sustancia que al tomarla erradicara los efectos negativos de la marihuana, claro que la usaría. “Te relaja y estás contento” dice, aunque jura no haberla probado nunca.

Acepta también que es posible que su consumo potencie ciertas actividades o actitudes “pero no sabemos el límite”, apunta. La solución para los fumadores (por no usar otro término) podría ser comerse la marihuana. Sí, comerla. “Así, no causa problemas pulmonares porque no se produce humo, que es lo cancerígeno”. Pero, la pregunta de los aludidos: ¿Pone? “No excita al punto de la estoneada común, no hay risotadas ni idiotez pero puede calmar la ansiedad”, explica Llosa. ¿Y causa adicción? “Podría, pero normalmente causa una adicción psicopatológica aquella droga que entra muy rápido al cerebro” (Ailen Pérez).

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