La atención precaria e intermitente a los centros educativos de las comunidades asháninkas del río Ene por parte de las siempre sorprendentes autoridades del Gobierno Regional de Junín, ha generado el descontrol en diversos ámbitos, con impactos en la gestión pedagógica.
Las consecuencias de este desorden se reflejan, cómo no, en los resultados académicos que posicionan a los estudiantes del Ene en los últimos lugares a nivel nacional (Evaluaciones ECCE 2012).
Un reclamo que suele enfatizar la Central Asháninka del Río Ene (Care), cuando se habla de mejoras en la calidad educativa del valle de los ríos Ene y Mantaro (Vraem) es la necesidad de una nueva propuesta de gestión. Sin embargo, lamentamos que las instituciones -tanto públicas como privadas- utilicen este contexto de abandono para ensayar supuestas soluciones improvisadas que confunden “gestión” con interés cortoplacista, y eficacia con visibilidad partidaria.
La nueva Unidad de Gestión Educativa Local (Ugel) del Ene- Mantaro es una institución que será instaurada en el centro poblado de Puerto Ene y administrará a las instituciones educativas que se ubican en las comunidades y centros poblados, desde el pongo de Pakitzapango hasta los límites con Cusco y Ayacucho. Una decisión que se tomó desde la Dirección Regional de Educación de Junín (Drej) sin consulta, ni participación de las comunidades y sus organizaciones representativas.
Una decisión que, de haber sido diseñada participativamente bajo criterios pedagógicos, podría convertirse en un revulsivo educativo y que, sin embargo, terminará, convirtiéndose únicamente en una trinchera de defensa territorial.
Esto será así porque lo declaran y publican sus promotores: que esta nueva Ugel tiene como fin evitar la construcción y/o gestión de obras sociales en el campo educativo que provienen de las regiones Cusco y Ayacucho.
Según el personal de la Drej, la Ugel de Pichari viene ejecutando acciones en el ámbito territorial de Junín en infraestructura educativa y contrata de docentes. Es por ello que el Gobierno Regional de Junín y la Drej han establecido “estratégicamente” la creación de la Ugel en Puerto Ene.
Como se demuestra, los motivos que rodean el funcionamiento de una Ugel en un centro poblado que limita con las regiones mencionadas, no son necesariamente educativos, sino de protección de un área que pertenece a Junín, abandonada precisamente por las autoridades regionales que ahora reaccionan precipitadamente.
El funcionamiento de la novel Ugel será a partir del 20 de marzo y hasta la fecha no se ha recibido ninguna información a la Care sobre esta “medida administrativa” que afecta sin duda a la población indígena. Sorprende que las instituciones públicas se empecinen con medidas desesperadas de corto plazo y sin embargo dejen sin respuesta pedidos justos y demandas primordiales, como fortalecer la Ugel de Río Tambo con mayores recursos para mejorar la eficacia de su gestión en esa área y que continúe con sus esfuerzos en capacitar a los docentes, Apafas y personal de esta unidad.
Como organización indígena en defensa de los derechos de nuestras comunidades, no pretendemos representar un papel de cuestionadores ingratos de las autoridades del Estado, pero ante estas señales de improvisación, desgobierno y falta de consulta, solicitamos mayor comunicación y respeto.
Nuestro pedido es simple y claro: una reunión con las organizaciones y sus comunidades para tomar una decisión consensuada sobre la instalación de la nueva Ugel… ¿O es qué nadie se ha enterado en el Gobierno Regional de Junín que existe un Convenio 169 de la OIT, una Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, y un Ley de Consulta en el Perú?