El presidente de la Asociación de Madereros y Reforestadores de la Región Ucayali, César Guerrero Saavedra, apoyó la labor que realiza la Superintendencia de Flora y Fauna del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) para hacer cumplir la Ley Forestal que prohíbe la tala de las especies maderables de cedro y caoba en las cuencas de Atalaya, Purús y Tamaya.
“La prohibición es un mandato legal vigente desde el año 2000. La veda aquí nunca se quiso hacer cumplir y luego de casi siete años estamos viendo con beneplácito que se está ejecutando lo que dispone la Ley Forestal”, indicó al tiempo de resaltar la importancia de la protección en esta zona que constituye la última reserva de Cedro y Caoba.
“Si permitimos que sigan sacando madera usando aeronaves de propiedad de las Fuerzas Armadas y policiales, será perjudicial no sólo para los peruanos sino para el mundo entero porque estaríamos agotando una especie valiosa y emblemática», alertó.
Por otro lado, Guerrero indicó que la conservación de los bosques de Purús tiene mucho que ver con el afán de querer hacer la carretera Puerto Esperanza- Iñapari, única y exclusivamente para favorecer los intereses madereros de los que explotan la caoba. “Esa carretera no va a beneficiar a la economía de los pobladores y más bien incrementará la tala ilegal”, denunció.
Enfatizó que dicha vía sólo serviría para transportar madera porque la provincia de Purús no produce otro producto que no sea madera. No existen productos agropecuarios para la venta en mercados internos. «Piden carretera para depredar y arrasar con la caoba y el cedro que traerá consigo la desaparición de su variada biodiversidad. Es el afán de muchos años de un grupo de madereros», advirtió.